Si alguien conoce los entresijos de las principales cocinas con Estrellas Michelin del mundo, porque los ha vivido en primera persona, están representados por el chef Edgar Leal.
Hasta hace unos días, el logo de la harina Blancaflor era una mujer afrodescendiente con sus rasgos fenotípicos exacerbados, gorro y delantal blanco de cocinera, pero además con guantes blancos. En 1956, salió a la venta y cambió la historia a la hora de amasar.
Antes de tener edad legal para comprar y consumir bebidas alcohólicas, ellos comenzaron a elaborarlas. Manuel, Paula, Agustín y Stefano Michelini son enólogos precoces que lanzaron a la venta sus propios vinos antes de los 20 años.
Ya sea por filosofía, cuidado del medio ambiente o simplemente cuestiones de salud, cada vez son más las personas que eliminaron el consumo de carne de sus vidas. Pero, ¿cómo se adaptan los restaurantes de bodegas a esta tendencia?
Las nuevas restricciones tomadas por el presidente Alberto Fernández ante la segunda ola de coronavirus cayeron como un baldazo de agua fría a los gastronómicos del AMBA. Los bares, restaurantes, pizzerías, cafés y heladerías que lograron sobrevivir al 2020 aseguran que no podrán afrontar estas nuevas medidas que “ponen en peligro las fuentes de trabajo y la sustentabilidad de todo el sector”. Incluso, desde el movimiento ‘Sillas al revés’, integrado por distintas empresas del rubro, advirtieron que no van a acatar el decreto del Gobierno Nacional.