Es una de las cuestiones sexuales más controvertidas desde que el mundo es como tal. No solo tiene amargado al género masculino, también provoca insatisfacción entre las mujeres.
Una clave fundamental es hacer el ejercicio de diferenciar lo que es una fantasía de lo que en efecto se quiere realizar. Las prácticas BDSM son más frecuentes de lo que se piensa: un lenguaje peyorativo, un “chirlo”, una presión en la piel, una mordida, un tirón de pelo o pellizcar fuertemente los pezones son prácticas sádicas.
Aunque la masturbación es algo frecuente entre los hombres, todavía es poco habitual oírlos hablar con normalidad de juguetes sexuales para su propio bienestar y placer. ¿A qué se debe este prejuicio? ¿Por qué no se sienten cómodos para hablar de ello con libertad y explorar las posibilidades que ofrecen estos productos?.
La sexualidad comienza a desarrollarse desde los primeros años y con ella, la orientación sexual, que es el sexo hacia el cual nos sentimos atraídos emocional, sexual, romántica o afectivamente.
El fenómeno de la sexsomnia puede responder a la interrogante de este artículo, en vista que puede definirse como un tipo de parasomnia, que significa que es un comportamiento que ocurre cuando el individuo durante el sueño profundo.
La salud sexual puede verse afectada por múltiples factores y no siempre su solución está en la toma de un medicamento determinado. Hay ocasiones en las que ni siquiera somos conscientes de que ciertos aspectos de nuestro estilo de vida o de las relaciones sexuales puede estar suponiendo un problema; que se hará aún mayor, si no ponemos remedio cuanto antes.
Un estudio publicado en Archives of Sexual Behavior aseguró que la práctica sexual frecuente previene el declive cognitivo en las personas mayores.
Claudia y Luis se conocieron muy jóvenes. Enseguida supieron que estaban hechos el uno para el otro. Su comienzo fue un arrebato, no podían dejar de pensar en el otro, de idealizarlo, y sus cuerpos se excitaban con solo rozarse. Necesitaban hacerse el amor con frecuencia.
Con épocas de mayor o menor actividad, las ganas de experimentar cosas nuevas o abrirse a experiencias diferentes, muestra que la vida sexual puede cambiar. No es siempre igual.
El sexo en una pareja se da por hecho. Lo da por hecho la sociedad, lo dan por hecho los conocidos al hacer bromas y lo dan por hecho los propios miembros de la pareja, que piensan que, si en su relación no hay sexo, algo falla. Hasta que algo cambia. Puede ser algo tan sencillo como una cirugía que precisa de bastante reposo, o algo más complejo como una enfermedad. Puede ser la depresión que acompaña un duelo o el agotamiento físico y mental tras la llegada de un nuevo miembro a la familia. Sea el motivo que sea, el sexo, por un tiempo indefinido, deja de estar en la agenda. Y nadie nos ha enseñado cómo gestionar eso.