La ducha no es solo un lugar privado y de higiene, puede convertirse en un espacio erótico.
Este tipo de encuentro busca traspasar límites, explorar y conocer nuevas formas de alcanzar el placer. Aunque algunas personas lo relacionan con el sadomasoquismo, no está vinculado necesariamente. En Inglaterra, se ha convertido en una práctica que aglutina cada vez más adeptos.
Se trata de una máxima no escrita, pero afianzada por la cultura popular. De este modo, algunos recomiendan esperar para intimar con alguien.
Los espejos son objetos que están ligandos al universo de la belleza, pero cuando la rutina afecta a las relaciones sexuales de pareja o a los vínculos sexoafectivos con un compañero, pueden servir para aportar esa chispa que se necesita en la sexualidad. Si bien el papel que juegan estos cuando se está en el tema, puede parecer una idea morbosa, para otros ver sus cuerpos en acción puede ocasionar efectos insospechados.
El sexo es rico en matices y comportamientos, pero actualmente se fue ampliando el abanico de etiquetas sociales para designar las tendencias sexuales existentes y, entre ellas, se encuentra la demisexualidad, una orientación sexual en la que la atracción principal es emocional.
Dicen que tener relaciones sexuales durante el trabajo mejora la productividad.
Se denomina eyaculación precoz (EP) a la falta de control de la respuesta eyaculatoria en forma persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima, antes, durante o poco tiempo después de la penetración, y fundamentalmente, antes de que el hombre lo desee.
Por ahí dicen que el sexo es el mejor ejercicio, ¿no? Así que pon en práctica estas posiciones.
Una nueva investigación ha determinado que los hombres tienen un deseo sexual mucho más fuerte que las mujeres. Después de revisar más de 200 estudios, los investigadores “encontraron que los hombres reportan consistentemente un deseo sexual más alto”, dijo el autor del trabajo, Julius Frankenbach, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad de Saarland en Saarbrücken, Alemania.
La disforia postcoital es un desorden psicológico que produce tristeza, angustia y otras emociones negativas tras tener sexo y, a veces, estos efectos se engloban dentro del llamado síndrome de enfermedad postorgásmica, una patología muy rara que provoca en la persona que la sufre numerosos síntomas físicos.