Una relación a distancia puede ser difícil. La imposibilidad de estar juntos, de disfrutar del contacto físico y visual, de los momentos de intimidad y los encuentros sexuales puede afectar a la relación, y mucho más si la conexión emocional se va desvaneciendo. Sin embargo, gracias a las ventajas tecnológicas de la modernidad, se puede mantener el sexo con la pareja y no dejar apagar la chispa.
La rutina otorga solidez y certidumbre a las parejas establecidas, pero también elimina los necesarios vestigios de aventura y sorpresa que fortalecían el deseo erótico. Entre las responsabilidades cotidianas, y el quehacer diario, la monotonía se arraiga en la dinámica y apaga el ímpetu de los primeros encuentros.
La ducha no es solo un lugar privado y de higiene, puede convertirse en un espacio erótico.
Este tipo de encuentro busca traspasar límites, explorar y conocer nuevas formas de alcanzar el placer. Aunque algunas personas lo relacionan con el sadomasoquismo, no está vinculado necesariamente. En Inglaterra, se ha convertido en una práctica que aglutina cada vez más adeptos.
Se trata de una máxima no escrita, pero afianzada por la cultura popular. De este modo, algunos recomiendan esperar para intimar con alguien.
Los espejos son objetos que están ligandos al universo de la belleza, pero cuando la rutina afecta a las relaciones sexuales de pareja o a los vínculos sexoafectivos con un compañero, pueden servir para aportar esa chispa que se necesita en la sexualidad. Si bien el papel que juegan estos cuando se está en el tema, puede parecer una idea morbosa, para otros ver sus cuerpos en acción puede ocasionar efectos insospechados.
El sexo es rico en matices y comportamientos, pero actualmente se fue ampliando el abanico de etiquetas sociales para designar las tendencias sexuales existentes y, entre ellas, se encuentra la demisexualidad, una orientación sexual en la que la atracción principal es emocional.
Dicen que tener relaciones sexuales durante el trabajo mejora la productividad.
Se denomina eyaculación precoz (EP) a la falta de control de la respuesta eyaculatoria en forma persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima, antes, durante o poco tiempo después de la penetración, y fundamentalmente, antes de que el hombre lo desee.
Por ahí dicen que el sexo es el mejor ejercicio, ¿no? Así que pon en práctica estas posiciones.