Tener a la mano objetos afrodisíacos es importante para disfrutar más en el sexo y salir de la rutina, pero no solo nos referimos a los juguetes sexuales, hay otros elementos comunes que podrán servirte como excusa para encender la pasión.
Cada 6 de septiembre se celebra el Día Mundial del Sexo Oral, una fecha que alude a la sumatoria del día y del año que coinciden con el número 69, una de las posturas sexuales más populares del Kamasutra.
Hace unos 2.000 años, en la lejana India, un intelectual, miembro de la casta sacerdotal, escribió un libro sobre el amor y las relaciones entre hombres y mujeres. Lo que hoy conocemos como Kamasutra es un tratado bastante amplio y, visto con ojos posmodernos, machista.
En esta práctica milenaria pero que en muchas ocaciones causa cierto pudor, en el sexo oral se estimulan los órganos genitales masculinos y femeninos con la boca, los labios y la lengua con la finalidad de dar placer a tu pareja o en un simple encuentro sexual.
El Kamasutra reúne una amplia variedad de posturas que mejoran la experiencia sexual lésbica, sin dejar de lado el erotismo, que sigue siendo un componente clave del buen sexo.
Investigadores se plantearon estudiar la relación que hay entre la morfología de la cara y la sexualidad de las personas.
El role-playing (juegos de rol) se trata de la interpretación de personajes, que discrepan de lo que uno es en la realidad. Todo mediante un consenso, para poder variar en las relaciones sexuales.
Muchas veces, al tener una cita o conversar con amigos, surge el tema de los signos del zodíaco asociados al sexo, el romance y la pasión. ¿Cómo son en la cama los leoninos, los capricornianos, los arianos y los signos más fogosos?
La disfunción eréctil, según los especialistas, requiere un abordaje integral. Esto, con la popularización de medicamentos como el Viagra (nombre comercial de la droga sildenafil), muchas veces se dificulta y genera que no se investiguen y traten las verdaderas razones que causan esta incapacidad sexual.
El erotismo en las redes sociales ha llegado a niveles indescriptibles, en donde juega muy a favor poder motrar (lo justo y necesario) el cuerpo. Aunque parezca irrisorio, hay hombres que pagan enormes sumas de dinero a cambio de poder visualizar buenos morbos desde la fase de internauta.