El mundo del espectáculo y el deporte está unos rumores, adicciones e historias inesperadas. Nunca nos imaginamos que las figuras reconocidas que admiramos sean el centro de los escándalos sexuales más descabellados.
Debido al brote del nuevo coronavirus que azota al mundo entero, el sexo ha tenido que reinventarse. Entre “chiste y chanza” han surgido recomendaciones para mantener relaciones sexuales en posiciones “seguras “.
La odaxelagnia es considerada una forma leve de sadismo y está en la lista de parafilias. Consiste en excitarse sexualmente al morder a la otra persona y al ser mordidos, es una conducta sexual basada en provocar o recibir cierto nivel de dolor.
Tener sexo es una actividad en la que en momento de placer y adrenalina pueden ocurrir sucesos desafortunados. En el momento de furia y éxtasis total la noción de los movimientos externos a las sensaciones placenteras puede quedar totalmente bloqueada.
Los diferentes ritmos tienen un efecto en nuestro cuerpo y cerebro, según estudios científicos, y sin darnos cuenta nos provocan una necesidad y deseo sexual inmediato. Los temas musicales que nos cautivan pueden mejora la experiencia, aumentar el placer e incluso favorecer la llegada al orgasmo.
A raíz de la situación actual por el brote del coronavirus que se expandió por el mundo y que tiene en pausa muchas de las actividades sociales; como comer en restaurantes, ir al cine e incluso tener relaciones sexuales casuales, los distintos gobiernos del mundo incorporaron medidas de prevención para evitar el contagio masivo.
Por Claudio Valerio (*), especial para NOVA
La trama gira entorno a la vida de una mujer casada, interpretada por la actriz mexicana Maite Perroini, una mujer que sin quererlo se ve envuelta en una serie de sucesos extraños y en el descubrimiento de verdades ocultas que desboronaran su estable familia y su vida “casi perfecto”.
Si eres de explorar nuevas alternativas para que la excitación y la experiencia sexual sean más intensas, una opción novedosa que lo hará realidad en lugares inimaginables y con gente nueva son los cruceros eróticos.
Por la licenciada Laura Caballaro (*), especial para NOVA