Romina Acuña vivió días de terror y angustia con sus hijas tras las persecuciones y acoso que vivió por parte de Daniel Russitti. El hecho comenzó en la ciudad de La Plata, en el barrio El Mondongo, (66 entre 117 y 118) donde la persona vivía en el mismo edificio que la damnificada. En diálogo con NOVA explicó que “nos tiene amenazadas, éramos vecinos. Él vivía en el tercer piso y nunca tuve nada que ver con él, yo tenía una ONG y me pedía el teléfono para hablar con su ex mujer y una vez lo pesque que le estaba pasando mi número. Con el tiempo me contó que se dedicaba a trabajar con prestamistas, trabajar con los travestis vendiendo droga. Era un malandra. Yo no sabía que podía hackearme el teléfono con mi número, escuchaba que planeaba cosas atroces con mis hijas”. Romina comentó que solamente estuvo 10 días en el departamento y tuvo que irse a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde radicó la denuncia contra Russitti. “Me tiene hackeados los celulares míos y de mi nena. Yo lo descubrí a él cuando entre a casa y le fui a pedir algo y dejé mi teléfono arriba de la mesa y empezó a grabar solo y me dijo que lo apague”, comentó. En este sentido, la joven de 38 años cuenta con el botón antipánico, pero resalta que “todo es muy lento”. “Fui a hacer un escrache, a pegar carteles por la cuadra de alguna manera para que sepan que estoy amenazada con la nena. Él anda con un hacker y saben todo lo que hago. Estoy súper alerta y ya sé que en cualquier momento vienen por mí. Estoy en las manos de Dios y mis hijas también. Lo único que quiero es advertir a la sociedad la clase de personas que son”, dijo.
