La Policía de la Ciudad detuvo dos veces en tres días a un hombre que robó picaportes y manijas de bronce, entre otros elementos, de las puertas y timbres de edificios de Recoleta, y también capturó a otras dos personas que en el mismo barrio sustrajeron porteros eléctricos. El delincuente reincidente es un hombre de 32 años que fue capturado en Juncal al 1600 por efectivos de la Comisaría Vecinal 2 A, luego de que días atrás fuera apresado junto a otra persona por cometer el mismo ilícito en la misma zona. Esta vez, al igual que la anterior, fue sorprendido in fraganti durante un servicio nocturno dispuesto por la Policía de la Ciudad para evitar hechos de vandalismo en la zona, relacionados a la sustracción de manijas, picaportes y chapas catastrales de bronce. Entre sus pertenencias, el imputado tenía varios elementos de bronce, los cuales fueron devueltos a los respectivos domicilios. En el caso intervino la Fiscalía Criminal y Correccional N°56, quien dispuso nuevamente la detención del involucrado de 32 años. Además, por otra parte, la Policía de la Ciudad también detuvo a otros dos hombres que en la misma zona robaron dos porteros eléctricos de bronce. Dichas capturas se concretaron durante la madrugada cuando efectivos de la Comisaría Comunal 2 hallaron infraganti a los imputados mientras terminaban de sustraer un portero eléctrico en Ayacucho al 1000. Los agentes dieron la voz de alto y luego de una breve persecución lograron reducirlos a media cuadra. Si bien no encontraron los elementos sustraídos entre sus pertenencia, éstos fueron hallados tirados en la cuadra, ya que fueron arrojados durante la huída. Finalmente el encargado del edificio reconoció los objetos de bronce sustraídos y dijo que observó a los delincuentes mientras arrancaban los porteros con sus manos, ya que apretaron sin querer el timbre al momento de sacarlos. En la causa intervino el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº32, quien dispuso la detención de los dos involucrados, de 28 y 31 años.
Romina Acuña vivió días de terror y angustia con sus hijas tras las persecuciones y acoso que vivió por parte de Daniel Russitti. El hecho comenzó en la ciudad de La Plata, en el barrio El Mondongo, (66 entre 117 y 118) donde la persona vivía en el mismo edificio que la damnificada. En diálogo con NOVA explicó que “nos tiene amenazadas, éramos vecinos. Él vivía en el tercer piso y nunca tuve nada que ver con él, yo tenía una ONG y me pedía el teléfono para hablar con su ex mujer y una vez lo pesque que le estaba pasando mi número. Con el tiempo me contó que se dedicaba a trabajar con prestamistas, trabajar con los travestis vendiendo droga. Era un malandra. Yo no sabía que podía hackearme el teléfono con mi número, escuchaba que planeaba cosas atroces con mis hijas”. Romina comentó que solamente estuvo 10 días en el departamento y tuvo que irse a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde radicó la denuncia contra Russitti. “Me tiene hackeados los celulares míos y de mi nena. Yo lo descubrí a él cuando entre a casa y le fui a pedir algo y dejé mi teléfono arriba de la mesa y empezó a grabar solo y me dijo que lo apague”, comentó. En este sentido, la joven de 38 años cuenta con el botón antipánico, pero resalta que “todo es muy lento”. “Fui a hacer un escrache, a pegar carteles por la cuadra de alguna manera para que sepan que estoy amenazada con la nena. Él anda con un hacker y saben todo lo que hago. Estoy súper alerta y ya sé que en cualquier momento vienen por mí. Estoy en las manos de Dios y mis hijas también. Lo único que quiero es advertir a la sociedad la clase de personas que son”, dijo.
