Aunque parezcan inofensivas, las latas abolladas, oxidadas o perforadas pueden perder su hermeticidad y permitir el ingreso de microorganismos peligrosos, aumentando el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
El dato clave a tener en cuenta es que la integridad de la lata debe ser impecable. En ese sentido, hay que evitar consumir latas que presenten:
Hola, vengo a recordarles que las latas abolladas o golpeadas significan un riesgo para el consumo.
— Dalmi lanesas (@ingecucharita) November 1, 2022
Una vez que el envase fue golpeado, pierde toda garantía de protección al alimento generando una posible contaminación.
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- Abombamientos o tapas hinchadas.
- Expulsión de gas al abrir.
- Líquido turbio o con espuma.
- Contenido con aspecto, consistencia o burbujas inusuales.
Recomendaciones:
- Lavá siempre la tapa con agua y jabón antes de abrir.
- Una vez abierta, pasá el contenido a otro envase para conservarlo mejor.
Riesgo grave: botulismo
El Senasa, de Argentina, advierte que una de las enfermedades más peligrosas asociadas al consumo de latas en mal estado es el botulismo, causado por una neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum.
Esta toxina afecta el sistema nervioso y puede provocar visión borrosa, dificultad para hablar, parálisis e incluso la muerte si no se trata a tiempo.








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