La industria frente al dólar en bandas: entre la estabilidad y el alerta
Por Paula Jankowicz (*)
Con un régimen cambiario en flotación entre bandas y un dólar que ya se acerca al techo de 1.400 pesos, las pymes industriales enfrentan el desafío de presupuestar, financiarse y competir en un escenario de márgenes ajustados, inflación en dólares y fuerte presión impositiva.
La implementación del régimen de flotación del dólar dentro de bandas por parte del Banco Central supuso un nuevo marco de referencia. Desde abril de 2025, el dólar puede fluctuar en el Mercado Libre de Cambios entre 1.000 y 1.400 pesos, con un ajuste mensual del 1 por ciento en los límites. En sus primeros meses, la cotización se mantuvo en la parte baja de la banda, favorecida por la liquidación de divisas del agro. Sin embargo, en julio la volatilidad de las tasas en pesos impulsó el tipo de cambio hacia niveles cercanos al techo de la banda.
La incertidumbre cambiaria es, históricamente, una característica que atraviesa a toda la cadena productiva. Para quienes gestionamos el día a día de una pyme industrial, estos movimientos equivalen a decisiones financieras y a definir estrategias que impacten directamente en la competitividad y la sustentabilidad del negocio para protegernos frente a la volatilidad del tipo de cambio. Actualmente, en Mehcco S.A. buscamos el equilibrio a través de la adaptación a un esquema en el que las facturas se emiten con el tipo de cambio del día anterior a la operación, una variable que, aunque acotada, sigue siendo sensible a factores externos.
En este contexto, las decisiones de inversión se ajustan al momento económico y la estrategia financiera pasa por leer el momento y actuar en consecuencia: cuando la tasa en pesos es atractiva, optamos por posicionarnos localmente; cuando las señales devaluatorias se intensifican, buscamos cobertura en dólares. La estabilidad es relativa. Nuestra política es no especular con el dólar ni con los vencimientos, cumpliendo con los compromisos en fecha y priorizando la preservación del capital. Naturalmente, el resultado puede ser positivo en algunas ocasiones y adverso en otras.
En este contexto, consideramos indispensable diversificar las decisiones financieras y evaluar en cada momento si conviene posicionarse en instrumentos de tasa en pesos o protegerse a través de la dolarización de carteras. Esta estrategia resulta clave en el escenario que tuvimos durante los primeros dos meses del régimen de flotación dentro de bandas, donde el dólar se mantuvo en la parte baja gracias a la abundante oferta de divisas agrícolas, mientras que la volatilidad de las tasas en pesos se intensificó tras la eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez.
El impacto de la inflación en dólares representa otro desafío para la gestión de costos. Muchos de nuestros insumos se valoran en moneda extranjera, por lo que, cuando los precios internacionales aumentan simultáneamente con el tipo de cambio -que en julio alcanzó 1.380 pesos, cercano al techo de la banda del BCRA-, se produce un efecto combinado que incrementa los costos. Anticipar compras puede ser una estrategia de mitigación, aunque no siempre es posible ni viable acopiar todo el material necesario.
Así mismo, la competencia es cada vez más intensa en el mercado industrial. En licitaciones donde antes participaban solo dos o tres empresas, hoy se presentan muchos más jugadores, lo que genera una presión sobre los precios, margina los resultados y deriva en una guerra de precios que ajusta los márgenes al extremo. Además, las cobranzas también reflejan esta complejidad. Aunque -generalmente- los pagos se normalizaron a 30 días, algunos clientes postergan obligaciones a 60 o 120 días y, en ocasiones, buscan renegociaciones inéditas, lo que exige seguimiento constante, análisis detallado y estrategias de gestión de riesgo financiero.
En este escenario, también se evidencian limitaciones estructurales que afectan a todas las pymes argentinas como la presión impositiva y la dificultad de acceder a financiamiento lo que limita la capacidad de invertir en ampliaciones o nuevos proyectos obligando a las empresas a ser muy selectivas en las decisiones de inversión y a priorizar la preservación de capital frente a la expansión inmediata.
En Argentina no se puede dormir tranquilo con el dólar; aunque calmos, nunca estamos relajados. Debemos estar atentos para tomar las mejores decisiones mientras esperamos que se establezcan reglas de juego más claras y una presión fiscal más razonable que permita a la industria desarrollar todo su potencial. Mientras tanto, seguimos haciendo lo que mejor sabemos hacer: adaptarnos, proteger nuestro capital y sostener el empleo.
(*) Gerente de Administración y Finanzas de Mehcco S.A.








Seguí todas las noticias de Agencia NOVA en Google News
