VIDEO | El Caribe al borde del abismo: escalada de tensión militar entre Estados Unidos y Venezuela
El 2 de septiembre de 2025, Estados Unidos llevó a cabo un ataque militar desde el aire contra una embarcación, presuntamente venezolana, involucrada en el narcotráfico.
El bombardeo dejó un saldo de 11 muertos, señalados por la administración de Donald Trump como miembros del grupo Tren de Aragua —designado como organización terrorista por EE.UU.— cargando droga rumbo al Caribe sur. El sur del Caribe ya era escenario de una creciente presencia naval estadounidense.
Esto dijo el prófugo y dictador hoy.
— Juan Guaidó (@jguaido) September 1, 2025
Te vuelvo a retar, yo me voy a Venezuela y tú te vienes a EEUU.
Yo estoy en calle y sin esconderme, tú o Cabello pueden decir lo mismo?
Ya no pueden retrasar lo inevitable. Habrá justicia en 🇻🇪 pic.twitter.com/0xqinhBpmU
Represalias aéreas y despliegue masivo
La reacción venezolana no se hizo esperar: aviones F-16 sobrevolaron un buque de guerra estadounidense en lo que el Pentágono calificó como un acto “altamente provocativo”. Por su parte, Trump respondió con la orden de desplegar 10 entrenados cazas F-35 en Puerto Rico y respaldó la neutralización de amenazas aéreas.
Venezuela se declara lista para la lucha armada
Desde Caracas, el régimen de Nicolás Maduro calificó estos hechos como una defensa soberana frente al expansionismo norteamericano. Se anunció el despliegue de 25 mil efectivos militares en zonas fronterizas y costeras, principalmente en el Caribe y la frontera con Colombia, junto con movilizaciones de milicias y propaganda nacionalista llamando a la resistencia armada.
“No queremos guerra, pero debemos estar preparados”, advirtió Diosdado Cabello, mientras Maduro afirmaba que un ataque haría estallar una “etapa de lucha armada”.
Escenario regional: peligroso juego geopolítico
Lo que Washington argumenta como una ofensiva contra el narcotráfico ha sembrado alarma en Latinoamérica. Organismos internacionales y gobiernos como el de Brasil califican la militarización en el Caribe como una amenaza para la estabilidad regional. Analistas advierten que la narrativa anti-narco puede ocultar objetivos geoestratégicos, y que la violencia sólo intensifica la polarización.
Lo que comenzó como una operación contra el narcotráfico se ha transformado en una confrontación militar de alto riesgo en aguas del Caribe, con Estados Unidos utilizando fuerza proyectada y Venezuela armándose en defensa de su soberanía. La situación plantea un dilema crítico para la región: ¿una guerra latente disfrazada de lucha antidrogas o un retorno peligroso a viejos patrones de intervención?








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