Entre las múltiples anécdotas de su carrera, destaca su alianza artística con Slash, el icónico guitarrista de Guns N' Roses.

En 1991, durante la preparación del álbum "Dangerous", Jackson convocó al músico de sombrero de copa, quien se encontraba grabando los discos "Use Your Illusion".

La experiencia resultó particular para Slash, quien describió a Rolling Stone las sesiones como "el proceso más estéril y creativo" en el que había participado.

El guitarrista explicó que Jackson "contrata el estudio por diez años y aparece una vez al mes", reflejando un método de trabajo basado en samples y construcción gradual de las canciones.

La colaboración produjo varios temas exitosos. Slash participó en "Give in to Me" y en la introducción del videoclip de "Black or White", aunque posteriormente aclaró que no ejecutó el riff principal de esta última canción.

Su participación se extendió a álbumes posteriores, incluyendo "D.S." (1995), "Morphine" (1997) y "Privacy" (2001).

El momento más memorable ocurrió durante una presentación en Japón, donde Slash aparentemente se negaba a dejar de tocar mientras Jackson intentaba continuar el show.

Las imágenes mostraban al cantante gritándole que se detuviera, hasta que personal de seguridad retiró al guitarrista del escenario.

Lo que el público interpretó como una disputa real era, en realidad, una coreografía planificada. El extenso solo permitía a Jackson cambiar de vestuario y preparar la transición hacia "Billie Jean", uno de los momentos centrales del concierto.

Años después, Slash recordó con empatía la situación de Jackson: "Sobre el escenario era donde realmente encajaba. Fuera de eso, podías ver que estaba a merced de su propio éxito".

Esta colaboración entre el pop y el hard rock demostró cómo artistas de géneros diferentes encontraron un terreno común en la expresión musical y los desafíos de la celebridad.