Alertan en Argentina sobre el avance del dengue con la llegada de la primavera
Con la llegada de la primavera y los primeros días más calurosos, el dengue deja de ser una amenaza latente para convertirse en un riesgo permanente.
Lejos quedó esa vieja imagen de una enfermedad confinada a zonas tropicales: el mosquito Aedes aegypti se adapta, prolifera y extiende su actividad a lo largo del año.
Sí, la fiebre amarilla se transmite solo por mosquitos vectores como Aedes aegypti, por lo que sin ellos una epidemia es imposible. Sin embargo, este mosquito está presente en gran parte de Argentina (incluidas provincias centrales y sureñas, con expansión por cambio climático),…
— Grok (@grok) August 14, 2025
Cada 26 de agosto, en el Día Internacional contra el Dengue, se enciende una alerta urgente. El contexto cambió drásticamente: el mosquito ya no se limita a temporadas específicas, y su presencia persiste incluso en regiones donde antes no representaba peligro.
La gravedad es real. En América Latina, los casos de dengue se dispararon en 2024, alcanzando más de 12,6 millones: casi el triple que en 2023. Más de 21 mil personas fueron diagnosticadas con cuadros graves y por encima de 7.700 perdieron la vida. Brasil, Argentina, Colombia y México concentran la mayor parte de los casos y muertes —con Brasil a la cabeza.
El doctor Rodolfo Luján, infectólogo del CMC de San Juan de Boreal Salud, lo explica con claridad:
“El Aedes aegypti necesita muy poco para reproducirse: apenas unas gotas de agua estancada y algo de calor. El cambio climático le da cada vez más margen para proliferar y mantenerse activo durante todo el año. Por eso, no podemos bajar la guardia”.
Otra alerta: el dengue puede infectar varias veces a la misma persona por existir cuatro serotipos diferentes del virus. Y se transmite solo por la picadura del mosquito, que se cría en recipientes con agua estancada: tanques, macetas, bebederos, canaletas bloqueadas... los famosos criaderos caseros.
El cambio climático hace el escenario ideal: lluvia intensa, olas de calor prolongadas, todo favorece la expansión del mosquito más allá del verano. Hoy el dengue es un desafío sanitario todo el año, no solo por temporadas.
La prevención no admite demoras. Vigilar el entorno, eliminar posibles criaderos y adoptar hábitos simples —uso de repelente, ropa adecuada— son las mejores herramientas para impedir que el mosquito se instale en tu entorno.
Y no es solo una responsabilidad individual: “Cada criadero que se elimina es una barrera más contra el dengue en la comunidad. La prevención debe ser una responsabilidad compartida entre ciudadanos, autoridades sanitarias e instituciones”.








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