La obesidad en adultos es uno de los factores determinantes del aumento de la mortalidad y morbilidad a nivel mundial. En América Latina, la proporción de personas con sobrepeso y obesidad creció de forma sostenida en las últimas décadas.

Según la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (octubre 2019), en Argentina el exceso de peso alcanzaba al 61,6 por ciento de la población; hoy se estima que supera el 65.

La investigación científica busca nuevas estrategias rápidas y efectivas, más allá de las dietas, para el tratamiento de la obesidad. Actualmente existen medicamentos que, bajo prescripción médica y estricto seguimiento profesional, se utilizan junto a un estilo de vida saludable para lograr un descenso de peso. Sin embargo, algunos pueden tener consecuencias negativas a largo plazo y provocar efectos secundarios a corto plazo.

Por ello, quienes trabajan en el ámbito de la nutrición insisten en ir más allá del tratamiento de la enfermedad, evaluando las causas profundas de la inflamación asociada a patologías crónicas como la diabetes, la hipertensión y la obesidad.

Pastor Manfredi destaca que, aunque aún no se conoce con exactitud la simbiosis óptima entre el ser humano y sus microorganismos, está comprobado que la microbiota intestinal desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud. Múltiples estudios investigan cuál es la combinación más adecuada de microorganismos para cada individuo, lo que permitiría diseñar tratamientos verdaderamente personalizados basados en un perfil microbiano saludable.

En el plano digital, los influencers de nutrición tienen un papel creciente en la promoción de hábitos saludables. Muchos son profesionales que utilizan Instagram, TikTok o YouTube para compartir consejos, recetas e información sobre alimentación equilibrada.

Su influencia puede ser significativa, pero la especialista advierte sobre el riesgo de seguir cuentas que no pertenecen a profesionales de la salud y que recomiendan productos sin aval científico, inventando beneficios inexistentes o minimizando riesgos.

Frente al aumento de las enfermedades crónicas y el impacto de la comunicación digital, la Pastor Manfredi remarca la necesidad de mantener una mirada integral, basada en evidencia científica y con un compromiso real con la salud pública. “La nutrición del futuro no puede desligarse de la personalización, la formación continua y la responsabilidad en los mensajes que se difunden”, concluye.