Kaitara: la diseñadora argentina que transforma sus raíces en arte y moda

Kai comenzó su carrera junto a su madre, su gran maestra, con quien aprendió los secretos del oficio que hoy la distingue.

"Cada vestido es una obra de arte", dice Claudia Bevilacqua, quien lleva 18 años diseñando moda con identidad y alma propia.

Reconocida como “Princesa Kai”, su historia familiar y ancestral la inspiró a construir una marca con raíces profundas.

Actualmente estudia diseño de vestuario de época para cine, mientras sus creaciones empiezan a ganar reconocimiento internacional.

En su tiempo libre, practica yoga y acompaña a otros emprendedores, convencida de que “no se trata de competir, sino de crecer juntos”.

“Cuando hay amor, respeto y generosidad, todos avanzamos”, asegura la diseñadora que busca transformar la moda desde adentro.

Claudia Bevilacqua, conocida actualmente como Kai o Kaitara, es una diseñadora de moda argentina con una trayectoria de más de 18 años. Nacida en la Ciudad de Buenos Aires y residente en zona sur del conurbano, Kai es una figura en ascenso dentro del diseño nacional e internacional, y muchos ya la llaman afectuosamente Princesa Kai, un apodo surgido tras conocer la historia de sus ancestros.

El camino de Kai comenzó trabajando junto a su madre, quien fue su gran maestra y fuente de inspiración. Si bien completó su formación académica, fue la experiencia transmitida de generación en generación la que marcó su sello personal. “Cada vestido es una obra de arte”, asegura con pasión, reflejando el respeto por el proceso creativo que la define.

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Uno de sus logros más importantes fue desfilar junto a figuras consagradas en un evento organizado por la producción de los certámenes de Miss Universo. Hoy, su talento traspasa fronteras y su nombre empieza a resonar en circuitos internacionales.

Además de diseñar, Kai estudia diseño de vestuario de época para cine y se forma continuamente. En sus ratos libres practica yoga, calistenia y comparte con su familia, priorizando el bienestar físico, emocional y espiritual. Pero también dedica parte de su tiempo a acompañar a emprendedores, especialmente en un contexto económico tan desafiante como el argentino.

“No estamos acá para competir, sino para crecer juntos”, afirma con convicción. Kai cree en una moda con propósito, donde el amor, el respeto y la generosidad sean los pilares para avanzar como sociedad.

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