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Impacto laboral

El sector privado de EE.UU. perdió 33.000 empleos en junio y encendió señales de enfriamiento económico

El dato de ADP marca la primera caída mensual en más de dos años y sorprende a los analistas, que esperaban una ganancia de 115.000 puestos de trabajo.

Por primera vez en más de dos años, el sector privado de Estados Unidos registró una pérdida neta de puestos de trabajo. En junio, el país perdió 33.000 empleos privados, según el informe publicado este miércoles por la consultora de nóminas ADP, contradiciendo las previsiones de los analistas, que esperaban una ganancia de 115.000, según datos de FactSet.

La contracción se atribuye principalmente a una marcada cautela por parte de las empresas al momento de contratar. “Si bien los despidos siguen siendo poco frecuentes, la reticencia a reemplazar a quienes se marchan ha llevado a una disminución neta de empleos”, explicó Nela Richardson, economista jefe de ADP.

A pesar de que las cifras de ADP no siempre coinciden con las del Departamento de Trabajo, sus informes suelen ofrecer un anticipo del rumbo del mercado laboral. En este contexto, todas las miradas están puestas en el informe oficial de empleo que se publicará este jueves a las 8:30 (hora de Miami), donde se prevé una creación de 115.000 puestos, una desaceleración respecto de los 139.000 estimados inicialmente para mayo. También se anticipa un leve incremento de la tasa de desempleo, que alcanzaría el 4,3%, la cifra más alta desde octubre de 2021.

Las tensiones derivadas de las políticas económicas del segundo mandato de Donald Trump —entre ellas aranceles, recortes federales y restricciones migratorias— comienzan a sentirse con más fuerza. Para Ron Hetrick, economista de Lightcast, “el enfriamiento no responde a una falta de demanda, sino a una creciente incertidumbre”.

Desde el sector privado apuntan que muchos planes de contratación fueron suspendidos o postergados ante la inestabilidad. La política monetaria también juega un papel relevante: los esperados recortes de tasas por parte de la Reserva Federal aún no llegaron, lo que añade más cautela al escenario empresarial.

Por su parte, los datos del informe JOLTS y de Challenger, Gray & Christmas indican que, si bien los despidos siguen siendo bajos en términos históricos, los anuncios de recortes están en aumento, con más de 744.000 empleos eliminados en lo que va de 2025, el ritmo más veloz desde la pandemia.

A esta realidad se suma la reducción de la participación laboral y una baja en la inmigración, que ha sido clave en el crecimiento del empleo en años recientes. Según Wells Fargo, el 75% del aumento de la fuerza laboral desde 2020 se debió a trabajadores nacidos en el extranjero. Su reducción podría estar ocultando una debilidad mayor en los indicadores oficiales.

Elizabeth Renter, economista de NerdWallet, advirtió que los efectos de las políticas restrictivas podrían sentirse más intensamente en los próximos meses: “Si la tendencia de debilitamiento continúa, el mercado laboral podría quedar demasiado frágil para soportar nuevos shocks”.

Así, mientras los despidos se mantienen contenidos, el verdadero problema parece estar en la pérdida de dinamismo en la contratación. Un mercado que no se rompe, pero se enfría —y ese enfriamiento podría ser solo el comienzo.

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