Entre las víctimas se encontraba Sama Abu Namous, una adolescente de 17 años que estudiaba para el examen de bachillerato, suspendido desde hace casi dos años en Gaza. “Estaba estudiando y luego iba a volver a casa. De repente nos enteramos que había muerto… ¿Qué estamos negociando? ¿La sangre de nuestros hijos?”, expresó su tía con desesperación.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) aseguraron que el ataque tenía como objetivo a miembros de Hamas en el norte de Gaza, y que se tomaron “medidas para mitigar daños a civiles”, aunque aún investigan el incidente.

El hospital Al-Shifa, colapsado por la emergencia, atiende a los heridos en el suelo por falta de camas y suministros. “La mayoría de las víctimas son mujeres y niños”, denunció Abu Silmiya, quien también señaló la escasez de anestesia y camas de terapia intensiva.

El periodista independiente Ismail Abu Hatab también murió en el ataque, elevando a 228 el número de trabajadores de prensa fallecidos en Gaza desde octubre de 2023, según cifras de la Oficina de Medios del Gobierno, controlada por Hamas.

El ataque se produce en un momento de tensión política en Israel, que aún debate internamente su curso de acción en la guerra contra Gaza antes de una importante reunión entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y el expresidente Donald Trump, prevista para el 7 de julio en Washington.

Aunque Netanyahu estaría evaluando un posible alto el fuego, figuras clave de su gabinete, como Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, presionan por intensificar los bombardeos. Trump, por su parte, afirmó recientemente que se podría alcanzar un alto el fuego “en una semana”.

La comunidad internacional observa con creciente inquietud el creciente costo humano del conflicto, mientras Gaza continúa sumida en una catástrofe humanitaria.