VIDEO | El deseo sexual tras la maternidad: entre el agotamiento, la culpa y la presión
La llegada de un hijo no elimina el deseo sexual, pero lo relega a un segundo plano. Noches sin dormir, cambios hormonales, cansancio extremo y una vida que se reconfigura por completo. En ese contexto, muchas mujeres sienten que no tienen derecho a priorizar su placer, y retoman la actividad sexual por compromiso más que por deseo.
Sonia Encinas, sexóloga y autora española de El sexo de las madres, lo resume con crudeza: “Muchas tienen sexo coital antes de haberse masturbado o de tomarse un café con una amiga. Eso lo dice todo.”
Según Encinas, pretender retomar la intimidad sexual a las pocas semanas del parto es “empezar la casa por el tejado”, ignorando que el cuerpo y la mente necesitan tiempo para reconectar con el disfrute propio antes de compartirlo.
En ese sentido, las expectativas de que “todo debe ser como antes” son uno de los principales enemigos de una sexualidad plena en la maternidad. A eso se suma el mandato implícito de ser buena madre, buena pareja y mujer deseante, todo al mismo tiempo. La culpa aparece cuando no se cumplen esos estándares, y el deseo termina desapareciendo en silencio.
La ginecóloga española Laia Vidal explica que los cambios hormonales también inciden: durante el embarazo los niveles de deseo pueden dispararse, pero tras el parto suelen caer en picada, especialmente por la baja de estrógenos. A eso se suman factores emocionales, sociales y físicos que afectan directamente la libido.
La presión mata el deseo. Esa es la frase que repiten muchas especialistas. Por eso, insisten en que el primer paso para sanar la relación con el sexo postparto es priorizar el autocuidado, el descanso y el tiempo propio sin culpa. Reaprender a desear lleva tiempo, y no hay una línea de meta ni una fecha obligada.
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