Para recibir otro premio de cartón corrugado, el liber-otario de Milei aterrizará en Israel tras visitar Italia
.jpg)
“Vuela, vuela, no te hace falta equipaje”, cantaba la banda Magneto en los noventa, y parece que Javier Milei tomó la consigna al pie de la letra. Mientras nuestro país enfrenta una economía tambaleante y tensiones sociales que no dan respiro, el prescindente liber-otario aterriza en Tel Aviv para una gira de tres días que no hace más que confirmar su gusto por los reflectores internacionales y su desdén por las urgencias locales.
Su agenda, cargada de reuniones con el primer ministro Benjamin Netanyahu, el presidente Isaac Herzog y un discurso en la Knesset, no solo reafirma su apoyo incondicional a Israel, sino que lo posiciona en un rincón incómodo del tablero global, justo cuando la comunidad internacional alza la voz por la catástrofe humanitaria en Gaza.
Preparando todo para la visita del Presidente @jmilei!!! pic.twitter.com/VEcfbAQdAP
— Axel Wahnish (@axelwahnish) June 8, 2025
El timing de Milei no podría ser más desafortunado. Este lunes, mientras "Jamoncito" se prepara para recibir el pomposo “Premio Génesis” —que el Gobierno y la fundación homónima insisten en equiparar con un “Nobel judío”— por su “apoyo inequívoco” a Israel, la Franja de Gaza se hunde en una hambruna que la ONU, el fallecido Papa Francisco y hasta aliados europeos de Israel denuncian con alarma.
La ofensiva militar de Netanyahu, desatada tras el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 que dejó más de 1.000 muertos y 250 secuestrados, transformó el enclave palestino en un infierno: bombardeos indiscriminados sobre ciudades densamente pobladas, hospitales colapsados, escuelas convertidas en refugios y un bloqueo que desde 2007, y con mayor crudeza desde octubre pasado, restringe alimentos, medicamentos y agua potable a niveles inhumanos.
La visita de Milei coincide con un nuevo episodio que agrava la tensión: el ejército israelí interceptó y capturó la Flotilla de la Libertad, en la que viajaba la activista sueca Greta Thunberg junto a otros internacionalistas, incluido un ciudadano brasileño, que intentaban romper pacíficamente el bloqueo para llevar ayuda humanitaria a Gaza. Todos fueron detenidos, un hecho que promete escalar las fricciones con países que, hasta ahora, habían sido aliados de Argentina.
Sin embargo, Milei parece imperturbable, más interesado en sacarse fotos con líderes israelíes y recibir galardones que en atender las críticas globales o las necesidades de su propio país.
Su agenda incluye un encuentro con familiares de los secuestrados por Hamas —de los cuales 90 permanecen en Gaza, aunque fuentes israelíes estiman que poco más de 50 estarían vivos— y un discurso en el parlamento israelí, donde reafirmará su respaldo a una ofensiva que ha dejado a casi el 40 por ciento de la población gazatí, menor de 14 años, al borde de la inanición.
Encima, como frutilla del postre, en Argentina, las secuelas del acuerdo con el FMI, las turbulencias económicas y el escándalo cripto que obligó a Milei a cancelar un viaje similar en marzo pasado siguen sin resolverse.