Pero convirtieron el Ministerio en Secretaría...: más de la mitad de los alumnos de primaria tiene problemas de lectura

Un nuevo informe titulado “Escuelas que enseñan a leer mejor: el rol transformador del liderazgo educativo”, elaborado por la Escuela de Educación de la Universidad Austral, aporta su mirada frente a los recientes resultados de las Pruebas Aprender 2024.
Los datos del operativo nacional muestran que solo el 45 por ciento de los estudiantes alcanza el nivel de lectura esperado al finalizar el primer ciclo de primaria. En el sector estatal, la cifra baja al 40 por ciento, y el 44 por ciento de los estudiantes de contextos vulnerables presentan rezagos significativos. Estos números no solo reflejan desigualdad, sino también la urgencia de intervenir pedagógicamente en los primeros años de escolaridad.
En Argentina, 1 de cada 2 chicos de tercer grado no comprende lo que lee.
— Adrián Jouglard (@adrianjouglard) June 6, 2025
Hay chicos que van a la escuela todos los días, pero no aprenden a comprender textos simples.
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En el Informe de Argentinos por la Educación se plantea que, en Argentina, el 46 por ciento de los alumnos de Tercer Grado de primaria se ubican en el nivel más bajo de lectura (nivel I), según la prueba regional ERCE. La cifra asciende al 61,5 por ciento entre los estudiantes del tercil de menor nivel socioeconómico, mientras que desciende al 26,3 por ciento entre los estudiantes del tercil de mayor nivel socioeconómico.
Estas disparidades fueron abordadas también en un reciente estudio de la Escuela de Educación de la Universidad Austral, que elaboró un Indicador de Desigualdad Educativa a partir del seguimiento longitudinal de una cohorte completa de estudiantes (2011–2022). El análisis no se limitó a observar resultados estáticos, sino que identificó la evolución de la brecha entre los estudiantes de mayor y menor nivel socioeconómico a lo largo de toda la escolaridad obligatoria. El informe ofrece un dato categórico: en lugar de estrecharse con el tiempo, la brecha se agrava. Según sus conclusiones, en Lengua aproximadamente el 70 por ciento de los alumnos menos vulnerables logra los aprendizajes mínimos en los tres momentos evaluados, mientras que los más desfavorecidos ven caer su porcentaje del 50 por ciento en tercer grado al 34 por ciento en sexto grado (ajustado por abandono).
De este modo, la proporción de alumnos no vulnerables que alcanzan el nivel mínimo de lengua pasa de 1,40 por cada uno vulnerable en tercer grado a 2,07 en sexto año de secundaria, es decir, un incremento del 47 por ciento en la brecha a lo largo de la trayectoria escolar.
Estos datos sugieren que el sistema educativo argentino, lejos de funcionar como un igualador de oportunidades, está reproduciendo y en algunos tramos, amplificando las desigualdades de origen. Este fenómeno no es exclusivo de la Argentina, pero tiene en nuestro país una expresión particularmente aguda por la falta de políticas sostenidas de alfabetización integral y por la debilidad de los mecanismos institucionales de seguimiento de los aprendizajes.
El nuevo estudio de la Universidad Austral identifica prácticas concretas de las instituciones que logran mejores resultados en alfabetización: fijan metas institucionales claras de lectura y escritura; observan clases, acompañan y retroalimentan la enseñanza; fomentan el trabajo colaborativo docente y el uso compartido de datos; e involucran activamente a las familias en la cultura lectora. Estas acciones no dependen de grandes presupuestos, sino de una visión clara y compromiso institucional sólido.
Una oportunidad para el sistema
La alfabetización es un derecho fundamental para acceder a las herramientas simbólicas con las que se construye el conocimiento, se participa en el debate público y se desarrolla la autonomía personal. Numerosos estudios han mostrado que la comprensión lectora en los primeros años es un predictor robusto del desempeño académico global, de la permanencia en la escuela y de la posterior inserción laboral. La especialista argentina Beatriz Diuk enfatiza la urgencia de la alfabetización en primer grado como base para todos los aprendizajes posteriores. Porque aplazar la alfabetización inicial, advierte, agrava las brechas educativas y sociales.
Los autores subrayan que el reciente Plan Nacional de Alfabetización es una oportunidad valiosa, pero que su éxito dependerá de fortalecer la formación y el rol pedagógico de los equipos directivos.
Frente a una crisis extendida en la comprensión lectora, los autores del informe sostienen que “la alfabetización no puede quedar librada a la voluntad individual: requiere conducción escolar, tiempo institucional y apoyo continuo”, además de políticas públicas de apoyo a una verdadera transformación educativa.