Pelagio Luna, vice de Hipólito Yrigoyen y tío del historiador Félix Luna
Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 25 de junio de 1919 murió en Buenos Aires el vicepresidente de la Nación Pelagio Baltasar Luna. Su partida truncó una carrera política que nació en la política riojana y que lo llevó a ser el primer vicepresidente electo en vigor de la ley Sáenz Peña, un conquista de un radicalismo que supo luchar contra el régimen conservador y fraudulento que gobernaba desde 1880.
Nacido en La Rioja el 6 de enero de 1867, Luna fue hijo de una familia profundamente comprometida con la política. Su padre fue uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical en la provincia y él heredó esa pasión.
Estudió en una de las llamadas Escuelas de la Patria -llamadas así porque estaban en lugares alejados donde la patria necesitaba marcar presencia- y luego en el Colegio Nacional riojano.
Después se trasladó a Buenos Aires, donde se recibió de abogado en 1889. Compartió ámbitos de estidio con otros hombres llamados a ocupar lugares relevantes: Lisandro de la Torre y Emilio Gouchón.
Una vez que egresó ejerció su profesión, pero la política lo llamaba. Su militancia en el radicalismo comenzó en los días de la Revolución del Parque de 1890. Fue parte de la Convención Nacional de 1892.
La fórmula de la Unión Cívica Radical para las elecciones de 1916 fue Yrigoyen-Luna, la cuál triunfó con más de 370 mil votos. Atrás quedaron los conservadores, demócratas progresistas y socialistas.
Más allá de su función institucional, por su condición de provinciano Luna fue el nexo político del gobierno con el interior del país. Su muerte, en plena gestión, dejó un vacío difícil de llenar.
La vicepresidencia quedó vacante hasta 1922, cuando fue sucedido por Elpidio González, otro radical de fuste. Luna dejó este mundo, pero su impronta dejó un grato recuerdo en la memoria de sus correligionarios.
Además de su vida pública, Luna tuvo una vida personal. Se casó con Neófita Bazán Correa Augier -quien fue la madre de su hija- pero enviudó tempranamente. Fue miembro de la Orden Franciscana Seglar y mantuvo un estilo de vida austera, alejada de los lujos y las tentaciones del poder.
Un dato poco conocido del vice de Yrigoyen es que tuvo un sobrino famoso. El abogado, periodista, autor de numerosos libros y fundador de la revista especializada "Todo es Historia", Félix Luna era hijo de su hermano.
El autor lo recordaba como un hombre íntegro y apasionado por la política y la educación. Lo reivindicó en sus investigaciones como una figura clave del radicalismo fundacional, pero no lo conoció. Falucho -seudónimo de Félix- nació en 1925.
A 106 años de su muerte, la figura de Pelagio Luna merece ser rescatada del olvido. No solo por su rol institucional, sino por lo que representó: un país que comenzaba a caminar con el voto del pueblo, y un dirigente que creyó en la democracia antes de que fuera moda y que usó el poder para servir, no para servirse.








Seguí todas las noticias de Agencia NOVA en Google News














