Provincia de Buenos Aires
Panorama Político

Fracturas y tensiones en el peronismo no kirchnerista de Mar del Plata

La concejal marplatense Mercedes Morro y el dirigente vecinal César Moraiz. (Dibujo: NOVA)

En la última semana, la escena política local se sacudió con un cruce a viva voz entre dos referentes del peronismo no kirchnerista: el dirigente vecinal César Moraiz y la concejal de Tercera Posición (3P), Mercedes Morro.

Sus diferencias, lejos de ser un episodio aislado, revelan la creciente fragmentación interna de un espacio que aspira a aglutinar a los votantes “peronistas fuera del Frente de Todos” y que hoy enfrenta desafíos para presentar un proyecto unificado de cara a las elecciones de medio término.

El desencuentro

La polémica estalló cuando Morro acusó públicamente a Moraiz de "traición política" y de haber ingresado "entre gallos y medianoche" maniobrando en el Concejo Deliberante para reordenar la lista electoral y desplazar a la dirigente Sonia Cortéz, cercana al ex diputado Facundo Moyano.

Para Morro, la acción vulneró "los consensos básicos" que, según ella, deberían regir en el espacio no kirchnerista.

En respuesta, Moraiz salió al cruce con dureza, denunciando que el accionar de Morro formaba parte de "una campaña de aprietes" destinada a "desgastar la conducción vecinal" y cuestionó la legitimidad de su cuestionamiento, tildándolo de "oportunista" y "alejado de las prioridades ciudadanas".

Un peronismo fragmentado

Este intercambio no es un caso aislado, sino el reflejo de un fenómeno más amplio: la dispersión de "peronismos críticos", que abarcan desde la Tercera Posición (3P) hasta espacios emergentes como el Partido Moderado que lidera Walter Eiguren Hernández o la línea menemista de Nuevo País bajo la presidencia de Mercedes Landa.

  • Tercera Posición: con representación en el Concejo a través de Morro, enfrenta internas sobre quién debe liderar la lista de concejales y cómo diferenciarse del peronismo kirchnerista, en un año en que la agenda local gira en torno a la reactivación portuaria y los proyectos industriales.
  • La "vecinal peronista": liderada por Moraiz, busca capitalizar el desencanto con los partidos tradicionales, aunque padece la falta de un dispositivo orgánico sólido más allá del Concejo Deliberante.
  • Partido Moderado y Nuevo País: ambos partidos exhiben acuerdos puntuales con La Libertad Avanza (LLA) y Juntos por el Cambio (JxC) a nivel provincial, lo que complica el discurso de unidad no kirchnerista con miras a 2025 y 2027.

Impacto y desafíos de cara a 2025

La discusión entre Moraiz y Morro reaviva viejas heridas: la dificultad para consensuar candidaturas, la necesidad de articular un mensaje común y la urgencia de montar estructuras juveniles que atraigan al electorado joven, cansado de los vaivenes de la política tradicional.

Con el voto peronista dividido, la falta de una fuerza con capacidad de arrastre podría beneficiar, en las legislativas de octubre, tanto al oficialismo kirchnerista como a las coaliciones opositoras que pugnan por cubrir ese espacio (desde Juntos por el Cambio hasta La Libertad Avanza).

¿Hacia dónde va el espacio no kirchnerista?

El escenario exige señales claras: ¿priorizarán estos sectores una lista de unidad amplia o insistirán en mantener identidades separadas?

El conflicto Moraiz–Morro, además de poner en jaque la gobernabilidad del Concejo, suma presión para que emergan liderazgos capaces de construir puentes y presentar un programa de gestión local coherente.

Mientras tanto, en Mar del Plata se mantiene latente la pregunta: ¿Logrará el peronismo no kirchnerista transformar su pluralidad en fortaleza, o seguirá condenado a la dispersión electoral?

La respuesta, en gran parte, dependerá de si sus actores aciertan a conciliar visiones y a forjar alianzas más estables antes de que comience la campaña.

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