Por ejemplo, durante la última fecha de eliminatorias en marzo, el consumo de snacks mostró un repunte claro: en el primer partido de la ventana, disputado un viernes, las ventas aumentaron un 14 por ciento en comparación con el promedio de los viernes habituales. Incluso la previa se vivió con entusiasmo: el día jueves, las compras de snacks crecieron un 9 por ciento.

Además, en el siguiente partido, se repitió el mismo fenómeno: el martes de partido, las ventas subieron un 12 por ciento, mientras que el lunes previo también marcó un incremento del 11 por ciento frente al promedio de los lunes.

“En PepsiCo, nos enorgullece ser parte de cada previa y cada partido, acompañando a las familias y amigos que se reúnen a disfrutar del fútbol con la infaltable picada”, comentó Agustina Padilla, Gerente Sr. de Marketing de PepsiCo para la división de Alimentos en Argentina.

“Desde la compañía llevamos la bandera de “Sin Lay’s no hay partido”, porque sabemos que estos momentos son mucho más que un simple encuentro: son oportunidades de celebrar la pasión que nos une, con el sabor que nos caracteriza”.

Además, un estudio de Rappi realizado el año pasado reveló que el 61 por ciento de los argentinos prefieren la picada para acompañar los encuentros futbolísticos, por encima de opciones como pizzas, empanadas o incluso el asado. Este dato refleja que, más allá del sabor, la picada se consolida como el símbolo de la juntada y el compartir entre amigos y familia en torno al fútbol.