Mientras que el periodista kirchnerista Brancatelli optó por el silencio, resguardando a su familia y en especial a su pareja, Cecilia Insinga, Elbusto decidió dar su versión de los hechos.

Con lágrimas en los ojos, se sinceró ante las cámaras: "Es hora de cuidarme un poco yo, porque por cuidarlo a él, me estaba dejando en un papel feo".

Contó que la relación entre ambos comenzó en un plano estrictamente profesional, pero que con el paso del tiempo fue mutando hacia algo más personal. Sin embargo, aclaró que no hubo un enamoramiento como tal.

"Tal vez me quiebro porque me importa mucho el otro lado. Las charlas no las ventilaría, hay veces que no hace falta decir cosas", expresó. También respaldó la decisión de su excompañero de mantener el asunto en privado, aunque reconoció que a ella la dejó en una posición incómoda: "Me parece bárbaro que diga 'es mi vida privada' y busque cuidar a su familia. A mí, por cuidarlo, me deja en un lugar feo".

Elbusto aseguró que ya no tiene contacto con Brancatelli, y que probablemente él esté molesto por su decisión de hablar, pese a un supuesto pacto de silencio entre ambos.

"Debe estar enojado conmigo porque yo decidí hablar y habíamos acordado no decir nada", reflexionó. Emocionada, reconoció que aún le cuesta asimilar el cierre del vínculo: "Muchos me dicen: '¿Estás enojada con él?'. No, no estoy enojada porque él es así".

Además, reveló que lo que los unía iba más allá de lo sentimental, y que supieron acompañarse mutuamente en momentos difíciles. "Tal vez esto haya sido el cierre definitivo a una relación. Yo tengo que seguir mi vida. Salí a hablar porque no quiero perder credibilidad. No quedaba bien expuesta ni sentimentalmente", sostuvo. Y concluyó con una frase categórica: "Nadie entra donde no te dejan entrar".

Por ahora, Brancatelli permanece en silencio y evita hacer declaraciones públicas, manteniendo el tema dentro de su esfera privada. Mientras tanto, el escándalo continúa resonando en los medios argentinos.