Robert Prevost, el primer papa estadounidense, asume como León XIV y marca un giro histórico en la Iglesia

El mundo entero posó su mirada en el Vaticano, donde un nuevo capítulo comenzó para la Iglesia católica. Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV, nacido Robert Prevost en Chicago, saludó con serenidad a una multitud de fieles reunidos en la plaza, consciente del peso simbólico de su figura: es el primer papa estadounidense en la historia del catolicismo.
El anuncio causó un fuerte impacto también en su tierra natal. En Villanova, Pensilvania, el reverendo Robert Hagan, amigo cercano del nuevo pontífice desde hace más de dos décadas, recordó el momento con emoción: “Era como ver a un miembro de tu familia ahí arriba. Todos sentimos un orgullo profundo”.
El Papa es estadounidense. Robert Prevost, el cardenal misionero de Chicago, ha sido elegido como León XIV. Agustino, cercano al Papa Francisco, con profunda conexión con América Latina tras su misión en Perú. Seguirá los pasos de León Xlll el primer Papa que escribió una… pic.twitter.com/xceOGtXl3I
— Victor Manuel Salcedo (@Victormsalcedog) May 8, 2025
Con 69 años, una doble ciudadanía (estadounidense y peruana) y una amplia experiencia como obispo en Perú, León XIV llega al pontificado en un contexto internacional complejo, donde las decisiones del Vaticano se entrelazan cada vez más con tensiones políticas globales.
Pese a ser considerado una figura moderada, algunas de sus posturas públicas como su fuerte defensa de los migrantes podrían marcar un contrapunto con el gobierno del presidente Donald Trump y su vicepresidente J.D. Vance. “Si Trump quería un papa estadounidense, Robert Prevost no era el que imaginaban”, apuntó el teólogo Massimo Faggioli, profesor en la Universidad de Villanova, alma máter del nuevo pontífice.
Faggioli sostuvo que la elección de León XIV refleja una “respuesta creativa” de la Iglesia ante la crisis de legitimidad y liderazgo que atraviesa el orden internacional. En ese contexto, su designación puede verse como un intento del Vaticano por ampliar su proyección global y adaptarse a nuevos tiempos.
Resta ver cómo abordará cuestiones sensibles dentro del mundo católico como el rol de la mujer, el matrimonio igualitario o la transparencia institucional. Sin embargo, quienes lo conocen confían en que mantendrá un equilibrio entre fidelidad doctrinal y apertura pastoral, siguiendo el legado de su predecesor.