Perfiles Urbanos
Exclusivo de NOVA

El mastering de una vida conectada, exigente y amable destacado en Córdoba

Rubén Ordóñez dando charlas profesionales y técnicas de mastering.
Junto a padres, hermanos, sobrinos y su cuñada.
Junto a padres, hermanos, sobrinos y su cuñada.
Con su pareja Paula en Barcelona.
Con su pareja Paula en Barcelona.
En su mundo.
En su mundo.
Ruben Ordoñez disfrutando con su pareja, Paula.
Ruben Ordoñez disfrutando con su pareja, Paula.

Rubén Ordóñez es uno de los ingenieros de mastering más prestigiosos de Córdoba y recientemente recibió nominaciones como parte del equipo de producción del último disco de Dillom, Por Cesárea,

Dicho trabajo fue nominado a mejor ingeniería en sonido, mejor álbum conceptual, disco del año, mejor álbum de rock alternativo, canción de rock alternativo por Buenos Tiempos y mejor canción del año por Cirugía.

Más allá de estos logros que motivan, pero también son víctimas del tiempo, Rubén es un joven profesional que supo controlar su camino con perseverancia y entusiasmo desde las raíces de su temprana crianza.

"De niño escuchaba mucho folklore y zambas con mi papá. Recuerdo los cassettes de Los Cantores del Alba y cómo me emocioné por primera vez con Mantelito Blanco, mientras trabajábamos en el monte, cerca de su Renault 12. Creo que fue ahí donde lloré por primera vez conectando con la música, más allá de la razón", recordó Rubén.

"También participé desde muy chico, aproximadamente a los 4 años, en el coro de los abuelos de Tanti, mi lugar de origen. Vengo de una familia prácticamente originaria e histórica de esos antiguos tiempos serranos", agregó.

En su recorrido por las influencias familiares y musicales, Rubén recordó: "Escuchaba e investigaba la música que escuchaban mis hermanos mayores, Cinthia y Roberto. Me prendí con Queen y Bob Marley".

Consultado sobre el inicio de sus prácticas y estudios, agregó: "Me acerqué a la guitarra y, si no me falla la memoria, fue con una bastante detonada que me prestó la novia de mi hermano. Con esa viola comencé a tomar clases".

Con la transparencia que lo caracteriza, el hijo de Roberto e Irma expresó: "Cuando me pudieron comprar la primera guitarra me internaba a practicar y estudiar. Desde aquel momento no paré, comencé a conocer gente del palo y me volví adicto a estar envuelto en esa situación".

A la temprana edad de 8 años comenzó sus prácticas y estudios con el popular instrumento de seis cuerdas, superando los escollos corporales por el tamaño que tenía de niño y el manejo de la guitarra. Tuvo sus propias bandas y también se animó a cantar solo desde la adolescencia.

La influencia de la crianza en el contexto social y particular de su hogar forjó un espíritu trabajador y exigente que supo flexibilizar con su interior dulce y romántico.

"La primera banda fue con un amigo de Tanti, Ariel Losa, se llamaba Apóstoles. Después armamos otra y le pusimos Tragedia porque queríamos usar trajes. Con ese grupo hacíamos rock de los 70. Después también tuve otras bandas de folklore y pop", dijo entre risas.

Como no podía ser de otra manera tratándose de alguien innatamente tan conectado con su sensibilidad, quien hoy es demandado por grandes artistas para darle el toque final a sus canciones o discos.

Ante esto, confesó: "Lo mío siempre fue más la composición musical que las letras, pero recuerdo que la primera autoría completa que realicé fue una canción de amor para mi novia de la época que se llamaba No Creas, cuando compartía banda con Ariel Losa".

Abriendo la puerta del diálogo hacia su presente profesional como ingeniero de mastering, conectó con la oportunidad que fue la raíz de la primera experiencia: "Escuchar música me da ganas de conectar con algo que va más allá de mí, de todo lo que cambia alrededor cuando la música suena, de compartirla con otros, escucharla, bailarla y todo lo que conlleva el sentir musical.

Rubén recordó: "A los 15 años empecé a trabajar en la empresa tanteña de sonido en vivo, Sonido Simes, como plomo. Luego de un tiempo comencé a poner música en eventos y fiestas con ellos. El referente fue Javier, uno de los dueños, que un día me invitó a su casa, pasé al estudio de grabación y me alucinó".

Sobre su elección de carrera, agregó: "Cuando terminé la secundaria, le pregunté qué carrera elegir para estar dentro del estudio de grabación y muy sabiamente me respondió: 'Para estar en un estudio está bueno saber de música'. Inmediatamente entré a la universidad a estudiar Licenciatura en Composición Musical".

Luego comentó: "Al comenzar la carrera, si bien tenía claro mi camino, no dejé de tocar. Por medio de mi hermana, la mayor de los tres, es que aparece un curso de acústica interdisciplinaria en la UTN. Como ella estudiaba psicología me incentivó. Había gente de electrónica, medicina y otras carreras".

Continuó: "Aunque yo estaba en primer año, me dejaron entrar a esa carrera de posgrado y ahí conozco a Marina Cortellini, quien trabajaba en el estudio Latitud Sur de Gustavo Gutiérrez y Roberto Cantos del Dúo Coplanacu, y fueron quienes me abrieron las puertas".

Y continuó con el personal y a la vez apasionante relato: "Un día fuimos a hacer un recorrido planeado por tres estudios, pero el primero al que llegamos, gracias a Marina, fue al de los Copla e inmediatamente pasó algo revelador: sentí que quería quedarme ahí y no fui a los otros".

Agregó: "Estaban grabando un disco y allí conocí a quien fue el que me introdujo al mundo del estudio de grabación, Luis Vidal, él me enseñó a trabajar".

Al describir de manera sintética pero profunda cuál es el rol del masterizador respondió: "Me gusta pensar que nos ocupamos de que el sonido salga de manera expresiva del parlante".

"Es un trabajo bastante abstracto. Soy parte de la cadena que se encarga de que la música llegue en buenas condiciones técnicas a los dispositivos donde se reproduce, y es el último paso y oportunidad para darle cualquier aporte artístico al sonido", comentó.

Además, sostuvo que "la perspectiva se afirma en poder moldear la música lo mínimo posible y lo máximo necesario para que el artista se sienta entusiasmado y confiado con la obra".

Dejando que la charla fluya con la sensibilidad que Rubén Ordóñez respira, se sinceró sobre preparación y laburo: "En aquella juventud hacía triple turno: estudiaba, atendía la quiniela familiar y trabajaba en el estudio de grabación".

Adentrándonos hacia su costado más personal comentó: "Me enamoré por primera vez en el primario y hoy comparto mi vida con Paula, a quien conocí en el final del secundario".

"Luego tomé clases con su padre, al tiempo nos cruzamos en un pabellón universitario, yo no la conocí, pero al toque nos hicimos amigos y estuvimos con esa relación aproximadamente unos 10 años. Hace 7 años que estamos en pareja y lo definiría como un amor de novela, me siento muy honrado, agradecido y feliz de estar con ella", afirmó.

Y agregó amorosamente: "En ese lapso temporal de amistad, cada uno tuvo sus parejas y en esos momentos no nos veíamos, pero yo siempre estuve enamorado de ella. Ahí compartíamos, nos respetamos y cuando nos volvimos a cruzar recuerdo que instantáneamente, luego de terminar una relación, fui directo a ella hasta hoy".

Profundizando aún más la conexión que surge entre periodista y entrevistado cuando hay química, fluyó: "Cuando la volví a ver sentí lo mismo que siempre y puedo describir nuestro vínculo como sensible, tierno y tranquilo. Juntos buscamos la paz, nos escuchamos mucho y aprendemos desde la perspectiva del otro, y siento que así está divertida y amable la construcción de una pareja".

Emparentando la influencia amorosa hacia su lado artístico y profesional, Rubén expresó directo al grano como le nace: "Su influencia me genera una paz intrínseca que a veces no tiene que ver explícitamente con el vínculo, pero de ahí conecto a mi parte más sensible y creativa para masterizar".

Gracias a su álbum conceptual Por Cesárea, masterizado por el protagonista de esta historia de vida, Dillom venció a sus colegas de la categoría como Emilia Mernes, Luck Ra, María Becerra y Trueno, además de ser aclamado por la crítica especializada por jugar con el post rock, el hip hop y el pop con tonos oscuros y sombríos.

Quienes trabajaron en el material discográfico motivaron un logro trascendental y el primero para el cantante y compositor, que ganó el premio como "Mejor Artista Latinoamericano Sur" en los Europe Music Awards 2024 (EMAs), que se celebraron en Manchester, Inglaterra, y fue nominado a los premios Grammy Latinos.

Llegando a la recta final de esta constructiva charla, Rubén abrió su corazón al máximo: "Me relaciono con el mundo espiritual desde la búsqueda de paz, así me siento completo conmigo mismo y con lo que doy al mundo. A su vez, materializo el puente a través de la meditación o cuando recibo los rayos del sol y siento que poder llevar ese estado a la vigilia de la cotidianidad es el camino".

Acariciando el costado más dulce y a la vez la cara áspera de su sentir, se desnudó oratoriamente: "La vida es la conexión que tenemos con nuestros sueños y lo que se genera cuando lo traemos al presente perpetuo, y buscar lo que en ese sendero para cada uno sea lo que te hace sentir pleno y feliz.

Sobre la muerte siento que es un límite material, físico, y la relación con ese límite creo que genera el espacio para la creatividad y el sentido de la vida".

El Perfíl Urbano NOVA, que es un clásico de los domingos, en esta edición marcó una conexión profesional conceptual detallada entre una fusión de capacidad sensitiva y energética con el conocimiento académico y la experiencia profesional, de una manera tan equilibrada y avalada por los hechos, digna para cualquier ser viviente en tiempos agitados y a veces fríos típicos de la modernidad.

El agradecimiento muchas veces es la clave del sendero humano.

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