Para Angélica, ser modelo va mucho más allá de portar una prenda o lucir un estilo. “También puede referirse a ser un referente para otros, alguien que actúa de manera ejemplar y cuya conducta sirve como guía o inspiración”, afirma. Esta visión se refleja en cada paso que da, consciente de que “ser modelo te permite comunicar emociones, contar historias o representar marcas sin palabras, solo con tu cuerpo, rostro y actitud”.

Una de las experiencias más significativas en su carrera ha sido su participación en el Fashion Week de Bucaramanga, que describe como su pasarela más memorable. Pero su vida no se limita solo al modelaje. En sus momentos libres, Angélica disfruta hacer deporte y realizar viajes, actividades que, según ella, la ayudan a “recargarse” y seguir conectada con su esencia.

Sin un referente específico, su amor por la moda nació en la infancia: “Solo recuerdo que cuando era niña amaba ver las pasarelas y las fotos en las portadas”. Ese impulso inocente se transformó en un proyecto de vida, impulsado por sueños claros.

“Realmente he cumplido muchos sueños y lo que me falta es poco. Uno de ellos es comprar una casa y viajar por el mundo. Sí creo poder cumplirlos, soy una mujer muy perseverante, sé que lo lograré”, asegura con convicción.

En su camino ha descubierto que el verdadero valor no está únicamente en lo que se ve. “Tu valor no está solo en lo que se ve, sino en lo que proyectas: seguridad, pasión, disciplina y alma”, afirma. Y concluye con una frase que define su filosofía: “Ser modelo no es solo representar ropa o tendencias; es representar una versión poderosa de ti misma, y a veces, inspirar a otros a hacer lo mismo”.