CABA, la antesala de una debacle

A un mes de las elecciones porteñas del 18 de mayo, los sondeos más recientes revelan un panorama igualmente adverso para el armado libertario.

Según el estudio de Federico González y Asociados, el frente encabezado por Manuel Adorni mide sólo un 11 por ciento de intención de voto, muy lejos del 28,7 de Unión por la Patria y del 12,6 de Propuesta Republicana (PRO).

Con 6 bancas en juego, ese porcentaje apenas le permitiría retener una representación, lo que se traduce en una pérdida neta de cinco escaños y un severo fracaso de la estrategia delineada por Javier Milei.

Claves de la crisis

• Centralización decisoria: la concentración de poder en torno a Karina Milei generó fricciones con aliados históricos, debilitando la cohesión interna del espacio.
• Red territorial insuficiente: pese a gestiones para obtener personerías en distritos clave, la escasa implantación local dejó vacíos en zonas donde La Libertad Avanza no logró consolidar referentes.
• Rechazo a la figura de Karina: además del debate sobre su idoneidad como legisladora, un alto porcentaje de votantes considera que su rol debería limitarse a la gestión presidencial, no al armado electoral

Repercusiones y perspectivas

La doble derrota en Santa Fe y las sombrías proyecciones en CABA ponen en jaque la credibilidad de Karina Milei como arquitecta de la estructura de La Libertad Avanza.

En pocos meses, su figura pasó de ser vista como la “guillotina” interna a exhibir un liderazgo desgastado, cuestionado tanto por aliados como por simpatizantes desilusionados.

De cara a los comicios nacionales de septiembre, el espacio libertario deberá redefinir su esquema de alianzas (posiblemente cedernos candidaturas clave al PRO) o afrontar un congreso legislativo sin una bancada sólida.

El gran desafío ahora es reconstruir confianza y cohesión interna, antes de que la grieta que Karina Milei abrió termine fracturando definitivamente el proyecto político de su hermano.