Economía y Empresas
Fabricantes de miseria

La única máquina que anda es la de crear pobres: la industria tambalea por el ajuste y opera a menos del 60 por ciento

Con la economía colgando de un hilo, en el inicio del 2025, la actividad manufacturera sigue reportándose a la baja, utilizando poco más de la mitad de su capacidad instalada. (Dibujo: NOVA)

En un país azotado por los vaivenes de un Gobierno que ha perdido todo atisbo de racionalidad y que opera de manera contraria a todas las prerrogativas que el “Presiduende” Javier Milei proclamó durante la campaña electoral que lo llevó a sentare en el Sillón de Rivadavia, la crisis económica parece no tener final para los sectores productivos.

Así, mientras timberos y especuladores se forran los bolsillos con la bicicleta financiara impulsada por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, las importaciones van ganando terrena en las góndolas de los supermercados, desplazando a los productos nacionales y las máquinas de la industria argentina se enfrían en el desuso.

Con un panorama de clara pérdida salarial para los trabajadores, que se ven acosados por subas inflacionarias en la canasta de consumos básicos, saltos brutales en las tarifas de los servicios y recortes en las subvención y ayuda estatal, el consumo reporta importantes caídas mes a mes, las cuales a su vez se ven traducidas en menos producción.

De hecho, según los números que publicó este lunes el INDEC, en febrero del año corriente, la industria manufacturera utilizó el 58,6 por ciento de de su capacidad instalada. Si bien la cifra representa una mejora ínfima con respecto a los términos mensuales e interanuales, el hecho de que la actividad no puede pasar el 60 por ciento enciende alarmas en el sector manufacturero.

Los números han sido consistentemente malos a lo largo de toda la gestión de Milei: en febrero de 2024 la industria había funcionado al 57,6 por ciento de su potencial máximo, mientras que en enero la utilización de capacidad fue del 58,6 porcentual.

Solo en cuatro meses de la gestión de “Jamoncito” el indicador superó el 60 por ciento, lo que deja en evidencia que se trata de una situación crítica que persiste en el tiempo, y no de un problema temporal. La caída de la producción es, sin dudas, una consecuencia crónica de las políticas de ajustes y recortes aplicadas por el Gobierno.

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