Interior del país
¿Oposición o comodín del poder?

Matías Posadas, el especialista en perder y volver con promesas recicladas en Salta

Siempre candidato, nunca senador: el juego repetido de Matías Posadas.

Candidato eterno, con magros resultados, en cada elección aparece. Si no gana, situación usual, recibe un mimo desde algún ejecutivo.

Como era lógico, y dada la triste jornada para el catolicismo argentino, Posadas se refirió al fallecimiento del Papa Francisco. La frase es un tanto contradictoria: "Es un día difícil para todos por la muerte del Papa, era un líder espiritual. Deberíamos tomar su ejemplo", aseguró Matías Posadas.

Le recomendamos que deje de lado el ejemplo del Papa, son con cumplir un par de mandamientos, ya estaríamos en condiciones de aplaudirlo.

Luego, el eterno perdedor de elecciones se autopostuló como usina de ideas, planteando la posibilidad de "si ganamos las elecciones, el primer proyecto que vamos a llevar a cabo va a ser con el control de auditorías".

Pensar que hace apenas unos meses lo podría haber llevado adelante desde el propio ejecutivo provincial, o al menos exigirlo. Posadas se desempeñaba como secretario General de la Gobernación. Paradójico.

Ahora, y de regreso en la arena electiva, Matías Posadas pide la confianza de los salteños para que lo honren con el voto y le den acceso a la banca de Senador por la Ciudad de Salta capital.

Esto en realidad es una suerte de engaña pichanga. El ojo entrenado sabe bien que la negociación va a por otro lado. La provincia de Salta tiene una especialización en la generación de fuentes de trabajo a partir de la época de elecciones.

Son decenas los espacios políticos cuyo único sentido es la pulverización del voto. Mediante esta estrategia es que los diferentes ejecutivos logran, a fuerza de lapicera, persistir en el tiempo. Dados los resultados obtenidos en las últimas elecciones, Posadas es eso mismo en este momento.

Puesto a pulverizar el voto de derecha, Matías es rubio y de ojos claros (hegemónico, digamos), el rol negociado es vital para la obtención de algún potencial resguardo bajo el ala de algún oficialismo.

Es un hecho, y lo sabemos todos, que estará lejos a nivel cuantitativo, de Biella o el propio Roque Cornejo. Sin embargo, ese puchito de votos que se llevará, cerrará la ecuación perfecta para sacarle votos al que tal o cual inversor no desea que llegue.

Y así transcurre el tiempo, y así pasan las elecciones. Los Posadas prometiendo que harán todo lo que no hicieron cuando estuvieron, y las cuentas cerrando para que las bancas en pugna terminen siendo ocupadas por personas que no serán un problema para quienes tengan la batuta en el momento en cuestión ¿La moneda de cambio? Un cargo, un negocio, el dinero de las publicidades.

La responsabilidad, sin embargo, no es de los Posadas electorales de Salta, la responsabilidad es siempre y en todo lugar, de los propios sufragantes locales ¿Ya hemos aprendido? Lo sabremos 20 días.

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