Esta inclinación ha dejado como saldo confrontaciones públicas con al menos dos de sus ministros actuales, un hecho inédito en los últimos gobiernos nacionales y que pone en tensión la cohesión interna del oficialismo.

Patricia Bullrich, acusada de "montonera tirabombas"

Durante la campaña presidencial de 2023, Javier Milei lanzó una de sus acusaciones más virulentas contra quien hoy ocupa la cartera de Seguridad, Patricia Bullrich.

En un debate televisivo afirmó que Bullrich "fue una terrorista que ponía bombas en jardines de infantes" y la sindicó como miembro de la organización Montoneros, un señalamiento que carece de respaldo documental o judicial.

La ahora ministra respondió con una denuncia penal por calumnias e injurias, y el cruce llegó a tribunales cuando Bullrich exigió pruebas que acreditaran su supuesta militancia armada en los años ’70.

Pese al escándalo legal, ambos dirigentes sellaron una tregua simbólica tras el balotaje, aunque las tensiones continúan latentes en el día a día del ministerio.

Luis Caputo y la virulenta defensa contra Lacunza

El vínculo con el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, nació bajo promesas de sintonía plena, pero no tardó en despertar celos y reproches internos.

En abril de 2025, ante una consultora de Hernán Lacunza sobre el timing de la salida del cepo cambiario, Milei lanzó un feroz reproche: “Sos un mentiroso”, escribió el Presidente en su cuenta de X, acusando al ex funcionario de filtrar información confidencial durante la negociación con el FMI.

Caputo, lejos de inhibirse, secundó la andanada y ambos salieron al cruce de Lacunza, consolidando una alianza pública que, paradójicamente, deja en evidencia la necesidad de Milei de afianzarse junto a su ministro estrella.

La pulseada entre Caputo y Sturzenegger: Milei interviene

Otra tensión interna se desató entre la cartera de Economía y la flamante cartera de Desregulación y Transformación del Estado, conducida por Federico Sturzenegger.

En junio de 2024, Caputo y Sturzenegger discutieron acaloradamente por el reparto de recursos y herramientas presupuestarias, lo que obligó a Milei a mediar personalmente para “aplacar la pelea” y mantener la unidad del equipo económico.

Aunque en este caso no hubo denuncias públicas, el episodio puso de relieve la fragilidad de un gabinete construido a partir de distintas facciones liberales y tecnócratas, cuya convivencia depende hoy más que nunca del carácter férreo de Milei.

Un Gabinete que respira a fuerza de confrontación

Más allá de estos choques frontales, el mandatario mantiene relaciones discretas con otros ministros sin registrar públicamente nuevos desencuentros directos. Sin embargo, el precedente sienta un patrón de gestión que privilegia el escarnio por sobre el diálogo interno.

En su horizonte político, Milei ha anunciado ya la posible reelección y un plan de ajuste más intenso para el próximo quinquenio, lo que podría profundizar el desgaste con aquellos colaboradores que se atrevan a cuestionar sus métodos más confrontativos.

De aquí en adelante, la solidez de este gabinete dependerá de la capacidad de sus miembros para transitar juntos la encrucijada económica y social que enfrenta Argentina, sorteando, o resignándose, a las inevitables tensiones que genera gobernar al filo de la provocación.