El salteño recibió una condena, en julio de 2023, a seis años de prisión efectiva. Los motivos que determinaron la decisión de la justicia no fueron menores: peculado e incumplimiento de los deberes de funcionario público. En su momento (y es que dado el vértigo político de la cuestión nacional parecen haber pasado muchos años de esto), fue verdaderamente escandaloso.

A partir del año pasado, y tras la confirmación de la condena, Tribunal de Impugnación mediante, Cornejo se tuvo que mudar por la fuerza al popular barrio de Villa las Rosas, en donde se le había preparado un cuarto acorde. El añejo penal capitalino acogía en marzo del 2024 a su preso, tal vez, más premium.

Como es lógico, la única salida ahora era tramitar la prisión domiciliaria. El beneficio le permitiría, tal vez, hacer como algunos otros presos de la paquetería norteña y con suerte podría caminar de vez en cuando por la coqueta avenida del Bicentenario.

Los argumentos esgrimidos por la defensa del convicto fueron las de siempre, problemas de salud. El martillo judicial, además de obligar al encierro, pareciera actuar como un virus que inhibe inmediatamente. De grandes parrilladas con excesos de chinchulines y sangre de Cristo se pasa a la hipertensión arterial y la diabetes sin escalas.

Lamentablemente, pareciera ser que los magistrados no andan de buenas. Y es que esta semana, en un fallo podríamos decir histórico, el Juzgado de Ejecución 2 a cargo de Martín Martínez, ordenó denegar el pedido de domiciliaria.

Como complemento, y aún no sabemos si a modo de penitencia ejemplificadora, el magistrado ordenó dar estricto cumplimiento a las medidas higiénico, dietéticas y terapéuticas, ordenadas desde una junta médica. O sea, te vamos a tener a verduritas y calditos, y además harás ejercicio. Lo de bañarse seguido no sabemos si es trágico o bueno.

Manuel Cornejo, el hombre que fue condenado por hacer desaparecer casi 80 millones de pesos a valor blue 140 de la época, permanecerá encarcelado y con privaciones. Ni salidas, ni domiciliaria, y caminatas por el centro salteño, ni comilonas. Es necesario que medite, haga constricción y se arrepienta de sus pecados. Estamos entrando al período pascual, y no se sabe si la casa está en orden, la cárcel parece que sí.