Hotwifing: el nuevo "deporte" de los esposos generosos

En tiempos donde las relaciones tradicionales se ven desafiadas por nuevas formas de vínculo, emerge el “hotwifing”, una práctica que redefine los límites de la fidelidad. Consiste en que un hombre heterosexual y casado anima a su esposa a tener encuentros sexuales con otros hombres, mientras él observa o participa de alguna manera. Lejos de ser una infidelidad, se presenta como una “aventura consensuada” para avivar la pasión en la pareja.
Esta dinámica, que gana adeptos en redes sociales y foros especializados, se diferencia del “cuckolding” en que no implica humillación ni sumisión del esposo. Aquí, el foco está en el empoderamiento sexual de la mujer y en la excitación compartida de la pareja. Los participantes aseguran que esta práctica les brinda libertad, seguridad y un deseo renovado, incluso salvando matrimonios de la monotonía.
De los inventores de los hombres que tienen relaciones sexuales con amigos sin ser homosexuales..viene el hotwifing
— Time traveler (@mausamc9) April 13, 2025
Sin embargo, no todos ven con buenos ojos esta tendencia. Críticos argumentan que el erotismo, el sexo y el amor son conceptos distintos, y que el hotwifing no es más que una forma de pornografía disfrazada de apertura amorosa. A pesar de las opiniones divididas, lo cierto es que esta práctica sigue ganando terreno y generando debate sobre los límites de la intimidad y la fidelidad en la pareja.
Como en toda práctica sexual no convencional, la comunicación y el consentimiento son fundamentales. Los expertos recomiendan que, antes de embarcarse en el hotwifing, las parejas dialoguen abiertamente sobre sus deseos, límites y expectativas, asegurando que ambos estén cómodos y de acuerdo con la dinámica.