El príncipe Harry acusó al Gobierno británico de poner una "trampa" para retenerlo en la familia real

El príncipe Harry volvió esta semana a Londres en el marco de su disputa legal con el Ministerio del Interior británico. Durante una de las sesiones judiciales, el duque de Sussex afirmó que pruebas confidenciales a las que tuvo acceso confirman sus “peores temores”: que la decisión de reducir su nivel de protección policial fue una estrategia deliberada para evitar su salida definitiva de la familia real.
En declaraciones al diario The Telegraph, Harry sostuvo que la retirada de su escolta fue una maniobra para impedir que él y su esposa, Meghan Markle, abandonaran el Reino Unido tras renunciar a sus funciones oficiales. "La gente se quedaría en shock al saber lo que se está ocultando", dijo el hijo menor del rey Carlos III al salir de los Reales Tribunales de Justicia en Londres. "Lo que escuché en esas pruebas es muy triste", agregó.
Harry afectado por la extraordinaria disputa que lo llevó a renunciar a Sentebale, la organización benéfica que fundó en memoria de su madre, Diana, Princesa de Gales, el príncipe Harry ahora enfrenta una batalla por su seguridad en el Reino Unido. pic.twitter.com/hmD69FIdBO
— La Godoy 💗 (@marcelapgodoy) April 11, 2025
El príncipe subrayó que considera esta batalla legal incluso más relevante que sus anteriores litigios contra los medios de comunicación sensacionalistas. Actualmente, se encuentra apelando el fallo del Tribunal Superior de Justicia, que desestimó su demanda contra el Ministerio del Interior por considerar legal la rebaja de su seguridad, argumentando que ya no forma parte activa de la familia real.
La polémica se remonta a enero de 2020, cuando los duques de Sussex anunciaron su renuncia a sus funciones institucionales. Un mes después, el gobierno británico determinó que a partir de entonces la pareja no recibiría el mismo nivel de protección que otros miembros activos de la realeza, como los reyes Carlos y Camila o los príncipes de Gales. En su lugar, se les asignó un servicio especial de seguridad, sujeto a una evaluación previa de cada visita al Reino Unido y con la obligación de notificar sus actividades con 30 días de antelación.
Harry considera estas condiciones injustas y parte de una presión institucional para evitar que rompiera definitivamente con la monarquía.