El columnista invitado
Análisis político

Traigan al gorila de Milei (Parte 2)

El periodista y abogado Gustavo Zandonadi. (Foto: NOVA)

Por Gustavo Zandonadi (*), especial para NOVA

El año pasado hemos titulado una columna con ese canto popular inoxidable, que vence al tiempo para adaptarse a los gobiernos de todas las épocas. Hoy volvemos a hacer uso de ese recurso, no por falta de creatividad, si no porque se volvió a escuchar con fuerza en la tarde de ayer en Plaza Congreso.

Los jubilados -acompañados por la CGT, la CTA, por partidos de izquierda y por movimientos sociales- marcharon una vez más. No hace falta repetir lo que todos sabemos de memoria, porque todos tenemos padres, abuelos, tíos o algún vecino jubilado y los que no tienen, quizá porque ya estén fallecidos, conocen a alguien que tiene un adulto mayor en la familia. Todos sabemos que no se puede vivir con 300.000 pesos, o quizá el plan sea macabro: negarles aumento y sacarles remedios para que la naturaleza y las enfermedades hagan su parte.

Mientras el televisor mostraba a los manifestantes arribando a la plaza, hablábamos con fuentes de Casa Rosada. Desde allí nos informaban que en Balcarce 50 las preocupaciones estaban puestas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, sin pensar en la marcha. Por otro lado el gran ausente de ayer fue el mal llamado protocolo antipiquetes, cuyo fin último es frustrar el ejercicio del derecho a peticionar a las autoridades. ¿El Poder Ejecutivo le cede el dominio de la calle al campo nacional y popular, porque no puede controlarla si no es con una feroz represión? Ojalá que así sea.

Cuando la asistencia ya era nutrida decidimos que era hora de apagar la televisión y arrancar. Caminando por la avenida Rivadavia a la altura del Gaumont nos cruzamos con Ricardo Alfonsín, que tuvo la gentileza de pararse a conversar con nosotros. Nos dijo, sin vueltas, que desde 1983 no hubo gobierno más injusto con los trabajadores que el actual. También nos dijo que "la política sin ética, sin moral no sirve para nada". Justas palabras las de Alfonsín, porque ética y moral son dos cosas de las que el régimen mileista carece.

Seguidamente nos encontramos con Raúl Castells, un viejo luchador social, de esos que pusieron el cuerpo a principios de siglo, cuando el neoliberalismo -igual que hoy- causaba estragos. El histórico dirigente del Movimiento Izquierda Juventud y Dignidad nos dijo que "los certificados de defunción de los jubilados dicen paro cardiorrespitatorio pero no dicen cuánto incidió la falta de medicación, la falta de alimentación, la amargura y la tristeza de vivir en estas condiciones". Otra queja que nos dejó es que después de haber trabajado toda la vida, los adultos mayores soportan el maltrato y la represión de Javier Milei y Patricia Bullrich.

A pesar del contexto dramático, se puede decir que en la calle había cierto clima de esperanza. Es claro que nadie sale a la calle si no cree que eso puede servir para cambiar algo, por eso es saludable que la marcha haya sido multitudinaria. Ahora más que nunca es necesario un gran acuerdo entre las fuerzas que integran el campo nacional y popular, porque lucha empieza a plantearse por la acción de una masa inorgánica. Eso es lo que tienen que conversar los dirigentes, en vez de pelearse por la fecha de las elecciones y por los lugares en las listas, porque el que atente contra la unidad, es funcional a los libertarios.

(*) Periodista y abogado.

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