Siempre detrás de las primicias de la farándula, la política y el mundo del espectáculo está Martha Verigua, una intrépida periodista de NOVA que nunca se toma descanso cuando de cholulaje y otras yerbas se trata. Curiosa, inquisidora y reflexiva: esas son sus principales características.
Soy Martha Verigua, y hoy les traigo un chisme fresquito directamente del horno del cotilleo jujeño, con ese toque de humor que a todos nos encanta.
Me encontraba recorriendo los pasillos del misterio y, cómo no, el ambiente se tornó calurosamente entretenido al oír hablar de la participante de Gran Hermano, Luz Tito, quien se ha hecho notar no solo por su forma tan “humilde” de expresarse, sino por los enredos familiares que se cuecen bajo la superficie.
Resulta que Luz, cuya procedencia jujeña se jacta de sencillez (¡qué humildad, señores!) nos cuenta que trabaja en la boletería de la terminal. Pero he aquí el detalle que me hizo levantar una ceja: jamás menciona que es, nada más y nada menos, que la hija del dueño de una importante empresa de transporte.
¡Imagínense! Mientras todos estamos sudando la gota gorda en los humildes puestos, en realidad, su papá mueve varias empresas y, por lo visto, hasta tiene su propio “reparto vip” en la sociedad.
Pero no se detiene la trama en familia: el telón se abre también con el ex intendente Miguel Ángel Tito, quien no sabe qué hacer con todo ese dinero que parece esfumarse de la provincia.
A este punto, la historia se vuelve casi una telenovela, donde la política y los negocios familiares se entrelazan en un tejido que ni el mejor guionista podría imaginar.
Como si esto fuera poco, el hermano de Luz tiene su cuota de fama (o infamia), ya que fue arrestado por vender droga en Bolivia. Sí, leyeron bien, mientras ella presume de humildad y cotidiano trabajo en la boletería, el hermano se desliza por un camino muy diferente, muy turbulento. Todo esto nos deja la incógnita de qué más se esconde tras la fachada de aparente modestia.
Entre risas y sorpresas, este culebrón familiar me ha dejado pensando en cómo a veces el más humilde relato esconde historias dignas de una novela de intrigas. Aquí, en este rincón jujeño de la farándula y la política, lo que parecía ser un sencillo empleo en la terminal se transforma en el preludio de una trama que involucra poder, dinero desaparecido y negocios familiares.
Sin duda, el universo del chisme y el humor se combinan de manera fascinante en esta historia, donde cada revelación abre la puerta a nuevas preguntas y, por qué no, a más cotilleos. Yo, Martha Verigua, estaré atenta a la próxima jugada de este elenco de personajes, entre boleterías, empresas y secretos familiares.
¡Hasta la próxima, queridos lectores, para seguir desmenuzando el incesante y delicioso banquete del chisme jujeño!
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