Humor
La versión gauchesca del ChatGPT

El Chato Pillín, un paisano que se las sabe todas e ilustra al piberío

Anteojito, Calculín, Coné, Pelopincho y Cachirula, Isidorito y Patoruzito, Jaimito y Piturrito no necesitan la inteligencia artificial del ChatGPT. Total tienen en el pueblo al Chato Pillín, que es más que Wikipedia. (Dibujos: NOVA)

Dice la leyenda que en las inmediaciones de la vieja estación de trenes de la ciudad de Rojas habita el Chato Pillín. Todo el día con el mate en la mano, una pava ruidosa sobre un pequeño brasero con cuatro leños y un asado a la estaca, es feliz a su manera.

Mientras asa lentamente un corderito a la estaca, alecciona a los niños del lugar e irrumpe con sus groserías e improperios en el inocente cerebro de los púberes, quienes con asombro, lo contemplan y no pueden creer las hazañas que surgen de boca de macabro y caballeresco lugareño.

Todo sucedió cuando el profesor de Contabilidad de la Escuela Técnica, Miguel Scalise le sugirió al alumno Piturrito que para resolver algunos problemas numéricos acudiera a la inteligencia artificial conocida como ChatGPT, que en inglés se pronuncia chatgipiti.

En ese contexto, el distraído Piturrito creyó haber escuchado Chato Pillín, y fue así que con Anteojito, Calculín, Coné, Pelopincho y Cachirula, Isidorito y Patoruzito y Jaimito fueron a la vieja estación de trenes a ver al infortunado personaje para que les resuelva sus problemas educativos.

Mi tío Condorito dice que ese es un viejo baboso, que se zarpa con las pibas que pasan con la pollera corta, dijo Coné medio contrariado mientras con sus amigos cruzaban por la calle del Molino Cabodi que va para la vieja Estación de Trenes, cruzando la plaza Rivadavia de Rojas.

El Chato Pillín los recibió con un poco de asado entre panes al estilo sánguche, y con eso se metió el piberío en el bolsillo. Lanzó chistes homofóbicos, les preguntó si se masturbaban, sin importarles las mejillas coloradas de los mozalbetes y largó con su dilatada lista de disparates.

Este es el comienzo de una historia sin final. Grotesca y ridícula, pero historia al fin…

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