La Libertad Avanza, la peor de las castas: mafiosa y vendehumo

Se cree emperador, aunque apenas llega a payaso. Así lo demostró Javier Milei camino a la apertura de las sesiones ordinarias, al escoltarse de un ejército de granaderos a caballo, utilizando recursos del Estado para enaltecer su figura, la cual pierde cada vez más credibilidad en la opinión pública.
Pero al Presidente que sigue disparando contra “la casta política” como muletilla en cada uno de sus discursos hace rato se le ve la hilacha. Irónicamente, ni bien asumió en el poder, se encargó de perpetuar este modus operandi típico de la dirigencia, aunque en tono libertario, despilfarrando montañas de dólares en cada uno de sus viajes.
Este sábado, durante su discurso en un Congreso semivacío, donde unas pocas butacas fueron ocupadas por la casta libertaria más repudiable seleccionada a dedo, Milei aseguró que la sociedad argentina “está frustrada por la política”, situación que él mismo sigue alimentando con sus vociferaciones soberbias y engañosas. Algunas de sus afirmaciones más indignantes, refutadas por la lamentable realidad actual:
- “Aumento sostenido de los salarios y las jubilaciones”: los ingresos siguen estando muy por debajo de la inflación real, no asì de la dibujada.
- “Se revierten décadas de programas económicos fallidos”: pymes quebradas, caída del consumo interno, salida del cepo sin concretar, fuga de reservas, dólar planchado, un combo peligroso.
- “Seguimos haciendo que la inflación baje”: falso, siguen incrementándose los precios de alimentos, servicios y combustibles.
- Baja de impuestos: solo hubo beneficios para las clases acaudaladas, mientras reconoce que “hemos actualizado los valores del monotributo” y millones de trabajadores siguen pagando Ganancias.
- “Reducción de la pobreza del 50 al 33 por ciento”: la falacia libertaria más grosera. Más de la mitad de los argentinos sufre hambre cada dìa.
- “El ajuste lo paga la casta. ¿Quieren terminar con la pobreza? ¡Terminen con el curro de la política!": una fiel demostración de cinismo libertario, ya que hasta ahora solo se le ha hecho pagar los platos rotos al pueblo trabajador.
- “La obra pública no genera empleo, genera impuestos”: que se lo cuente a los miles de desocupados afectados por la aniquilación de esta actividad.
- “Eliminación de la publicidad oficial”: “No necesitamos sobornar a los medios”, aseguró Milei: ¿Y la persecución a periodistas y a artistas que no le ponen la pauta? ¿Y las entrevistas a periodistas ensobrados como Jonatan Viale, que embolsan 350 mil dólares del Estado por cada reportaje pro-oficialismo?
- Baja de los precios de los alquileres en un 30 por ciento: falso. La derogación de la nefasta Ley de Alquileres abrió el mercado inmobiliario, pero los valores siguen por las nubes.
- “Tuvimos el índice de homicidios más bajo de Sudamérica”: la inseguridad atraviesa su estado más crítico en Argentina, que sufre una ola de violencia delictiva sin precedentes.
- Logro de una Justicia “independiente pero efectiva”: el mandatario nacional designa a los jueces de la Corte Suprema por decreto, tras la desaprobación de los nombramientos por la vía legal, la del Congreso. Un aplastamiento a las instituciones democráticas.
Este último punto fue refutado categóricamente por el diputado radical Facundo Manes en el recinto, al levantar la Constitución Nacional frente a un país entero y preguntarle al Presidente si no iba a referirse a la designación por decreto de Manuel García-Mansilla (quien a pesar del repudio público, estaba presente) y Ariel Lijo. También le mencionó la megaestafa de la criptomoneda $Libra que desató repudio en el escenario económico y político internacional. Parece que en este caso, no aplica la frase “el que las hace las paga”, ya que Milei no solo se lava las manos con cada cagada que se manda, sino que además, envía a sus matones a increpar a legisladores.
Así quedó evidenciado en el deleznable episodio que se viralizó en redes sociales, donde se ve al operador incondicional del León, Santiago Caputo, dar la vuelta por los pasillos parlamentarios con los patoteros que lo acompañan, para encarar violentamente a Manes, amenazándolo al oído por sus expresiones democráticas durante la sesión. "Ya me vas a conocer, te voy a tirar todo el Estado encima", le susurró mientras masticaba chicle. El “Peaky Blinder” que maneja los resortes más pesados del poder (trolls, comunicación, AFIP y SIDE) no pudo contener la ira hacia un dirigente que se animó a contrastar el falso relato del mandatario nacional con su accionar ilícito.
Como dijo el legislador Martín Lousteau, Milei “pisotea y edita la Constitución como edita las entrevistas”. El Presidente mismo lo reconoce al afirmar que “si este Congreso decidiera no acompañar, sepan que esto no detendrá el proceso de cambio. Lo vamos a hacer solos”.
“Solos” engloba al círculo selecto que lo acompañó en el recinto: “El gran Manuel Adorni” que recibe millones por mentir en sus conferencias de prensa; Luis Caputo, el ministro que endeudó a la Argentina por cien años durante la gestión macrista; Karina Milei, quien digita cada movimiento a través de Caputito; Federico Sturzenegger, al que le entregó la motosierra a pesar de haberlo defenestrado en el pasado por su titularidad en el Banco Central (entidad que aún sigue vivita y coleando); y Patricia Bullrich, la babosa que se arrastró para encolumnarse en LLA tras perder la posibilidad de ser Presidenta por la oposición, entre otras figuritas repetidas.
Por si estas evidencias no alcanzaran, Milei ejecutó el golpe más bajo a la sociedad argentina: utilizar el homicidio de una niña para amenazar al gobernador bonaerense: “Esta semana tuvimos la trágica noticia de Kim Gómez, una nena de solo 7 años que fue brutalmente asesinada. Quiero expresar mis condolencias a la familia”, manifestó. Y disparó: ”Si (Axel) Kicillof quiere resolver el problema, tiene dos alternativas: abandonar su visión abolicionista y castigar a los criminales; o correrse del camino y dejarnos resolver el problema a nosotros”.
Además, usó el Parlamento para atacar una vez más a Cristina Fernández de Kirchner por la “estafa al Banco Central y la causa dólar futuro”, burlándola al hablar de “Unión por la Plata”, y humilló a la integrante del Gobierno más alejada de su gestión, la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, con un “no te apures, que no terminé”, cuando se dispuso a cerrar su discurso falaz.
A pesar de este engañoso empoderamiento libertario, al mandatario nacional se le frunció el trasero al leer su nombre en la portada del New York Times tras el criptoescándalo $Libra, junto a con la noticia del fuerte intercambio entre Donald Trump con Volodímir Zelenski. Minutos después, “casualmente” publicó su tweet contra Kicillof por el asesinato de Kim Gómez. Esa es la estrategia a la que apela cuando se ve acorralado: tirar bombas de humo, una atrás de otra.
Pero que tenga cuidado, pues la Justicia no funciona igual en todos los países. Y ya son 24 las denuncias contra “Jamoncito” en Estados Unidos. Claver Carone, enviado de Trump en América Latina, aseguró recientemente: “Vamos a investigar Libra”, y opinó que Milei “está mal aconsejado” por su equipo.
El Gobierno ya está dando señales de esta situación: tras los graves sucesos que protagonizó en connivencia con Jonatan Viale y contra Facundo Manes, por lo pronto a Santiago Caputo le quitaron el manejo de las redes sociales (que volvieron a manos de Iñaki). Porque más que ayudar al Gobierno, lo está perjudicando. Su rol comienza a empalidecerse, un claro síntoma de que la crisis interna está crujiendo, y a poco de implosionar, producto de los constantes atropellos al sistema democrático y al pueblo argentino.
Mientras Milei convierte entidades y organismos clave en sociedades anónimas, nombra jueces por decreto, promociona criptomonedas falsas, hambrea al pueblo, les quita los medicamentos a los abuelos y los enfermos oncológicos, aprueba la suba constante de tarifas, abandona la educación y deja a miles de trabajadores en la calle, la verdadera estafa recae sobre el electorado. En la cancha se verán los pingos cuando llegue el momento de los comicios.