Altair Acosta: la valentía de una modelo que encontró su camino











Altair Acosta, de 33 años y oriunda de la zona sur de Monte Grande, dialogó con Agencia NOVA, su historia de lucha, superación y pasión por el arte del modelaje.
Desde pequeña, Altaira soñaba con ser modelo y artista, pero a lo largo de los años enfrentó inseguridades y obstáculos. Sin embargo, gracias a su perseverancia y a los contactos que fue cultivando en el ámbito del cosplay, logró dar sus primeros pasos en el mundo del modelaje.
“Mi día a día es una constante batalla. Trabajo mucho, busco mejorar mi economía y crecer como artista”, relata Altaira, quien siempre sintió que el modelaje era un sueño lejano. No se veía con un cuerpo convencionalmente “ideal” según los estándares de la industria, pero con el tiempo descubrió que la inclusión y las oportunidades estaban al alcance de quienes creyeran en sí mismos.
Su recorrido comenzó cuando conoció a Lucas Díaz Torrecilla, un modelo gótico que trabajaba para Noni Leiva. Gracias a este encuentro, se animó a dar el paso y a explorar el modelaje. “Es importante encontrar a las personas correctas y esos contactos que te abren puertas”, explica. A través de este vínculo, Altaira debutó en el modelaje con su primer desfile en Dona Una, una experiencia que la marcó profundamente.
A lo largo de su camino, se ha cruzado con diversos artistas y fotógrafos que la han impulsado, como la modelo Miriam Chino Ortega y la corporación Yarin Art, quienes la han ayudado a continuar desarrollándose en el mundo de la moda. “No me considero una modelo competidora, sino una modelo compañera. En este mundo lo más importante es crecer, aprender y apoyarnos entre nosotras”, comenta.
Agradecida por las oportunidades, Altair también reconoce la importancia de las pequeñas victorias que la mantienen motivada. “A veces no tenemos la ropa o las capacidades que creemos que necesitamos, pero todos podemos aprender y mejorar con el tiempo. Lo importante es creer en nosotras mismas y en lo que podemos lograr”, afirma con determinación.
La historia de Altair es un ejemplo claro de cómo la perseverancia y la valentía pueden abrir puertas. A pesar de haber atravesado momentos difíciles, como la depresión, nunca dejó de luchar por sus sueños. “Hay que animarse, siempre hay que seguir adelante, incluso cuando los días no son buenos. El modelaje es una profesión que requiere organización y dedicación, pero también es una forma de arte”, reflexiona.
Actualmente, Altair continúa su camino con nuevos proyectos, desfiles y sesiones fotográficas, como su participación en el desfile por el Día de la Mujer en Paseo de la Plaza. Además, está incursionando en la escritura y se muestra entusiasta por compartir su experiencia con otras mujeres que también desean comenzar en el mundo del modelaje.
A las chicas que están comenzando en este ámbito, Altaira les ofrece un consejo: “No se preocupen por competir. Lo importante es trabajar en uno mismo, rodearse de buenas personas y siempre proteger nuestra imagen. Si uno se dedica, siempre habrá oportunidades”. Y, sobre todo, les invita a seguir luchando por sus sueños y no rendirse nunca.
Con el apoyo de marcas como Tessy Indumentaria, Altair sigue creciendo y aprendiendo en cada paso. Para ella, cada día es una nueva oportunidad para ser feliz y sentir que está avanzando en el camino correcto.