VIDEO | ¡Una burla! El Gobierno aumentará unos míseros 7000 pesos las jubilaciones y pensiones

La gestión de Javier Milei no para de dar muestras de su desdén por los más vulnerables. Ahora, anuncia con bombos y platillos que las jubilaciones y pensiones subirán un 2,4 por ciento en abril, un “aumento” que no llega ni a 7.000 pesos para la mínima.
Sí, 7.000 pesos. Una migaja insultante que llega después de que los jubilados fueran brutalmente reprimidos en una marcha y mientras la inflación de febrero, según el INDEC, mostró una leve aceleración. ¿Esto es el “equilibrio fiscal” que promete el libertario? Porque parece más una sentencia de miseria para los abuelos.
📊 Según el INDEC, en febrero una familia tipo necesitó más de $1.057.923 para no ser considerada pobre.
— Gen Z Diario 📰 (@genZdiario) March 14, 2025
Este aumento en la Canasta Básica Total refleja la creciente inflación y la dificultad de los hogares argentinos para cubrir necesidades básicas. pic.twitter.com/MKKgj4YhkN
Con este ajuste, basado en el IPC de febrero y la nueva fórmula del Gobierno, la jubilación mínima pasará a 285.819 de pesos, un monto que cobra el 65 por ciento de los titulares del régimen general.
La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) llegará a 228.656 pesos y las Pensiones No Contributivas por Invalidez y Vejez a 200.074 pesos. Números que suenan grandes hasta que los ponemos en perspectiva: la canasta básica de los jubilados, según la Defensoría de la Tercera Edad, ya cuesta 1.200.523 pesos.
Eso es un 75,2 por ciento más que los 685.041 de pesos de hace un año. Hagan las cuentas: con 279.121,71 de pesos de mínima más un bono de 70.000 de pesos, no cubren ni el 30 por ciento de lo necesario para sobrevivir.
Mientras Milei se jacta de “poner un cepo al Estado” y cortar el gasto público, los jubilados pagan el precio de su obsesión. La canasta básica incluye vivienda, mantenimiento, alquiler y remedios —con descuentos de obras sociales que no alcanzan—, según explicó Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad.
En las principales ciudades como Buenos Aires, el conurbano, Mendoza, Córdoba y Rosario, los abuelos no tienen cómo llegar a fin de mes. Y el Gobierno responde con 7.000 de pesos, una burla que no tapa el sol con un dedo ni compra una aspirina.
El informe de la Defensoría lo dice claro: “La precariedad y miseria en la que se hunde el sector” es cada vez peor. Cuatro millones y medio de jubilados viven con ingresos de hambre mientras Milei ajusta el cinturón, pero no el suyo, sino el de los que menos tienen. Esto no es austeridad, es crueldad.