Trump arremete contra los derechos: ¿Cómo afecta la desfinanciación de la USAID a la comunidad LGBT en Sudamérica?

La política migratoria y de asistencia exterior del gobierno de los Estados Unidos ha sido objeto de debate y controversia en particular, bajo la administración de Donald Trump.
En el inicio de la segunda presidencia del magnate, se implementaron medidas que han tenido un impacto directo en los derechos humanos de personas migrantes y de la comunidad LGBT en países de América Latina, como México y Guatemala. La reciente suspensión de programas de asistencia extranjera ha generado un efecto en cadena que ha afectado severamente a organizaciones que trabajan en defensa de estos derechos fundamentales.
Has anyone looked at all the LGBTQ programs Trump funded at USAID in his first term?
— Brett Bruen (@BrettBruen) February 6, 2025
Point is they aren't new, nor particularly radical
They were part of a diverse array of development programs addressing very real threats faced in a lot of countries.https://t.co/jhek0oqBA7 pic.twitter.com/YpSn1U2xfN
La ejecutiva que cambió el escenario
El 24 de enero, Donald Trump firmó una orden ejecutiva que suspende por 90 días los programas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) para la asistencia extranjera.
Esta decisión, enmarcada dentro de un proyecto más amplio de políticas de ultraderecha conocido como Proyecto 2025, no solo refleja una agenda política restrictiva, sino que también pone en riesgo la vida y el bienestar de las poblaciones más vulnerables de la región. Dicho documento, elaborado por exfuncionarios de su administración y grupos conservadores, incluye medidas que limitan drásticamente el apoyo a iniciativas que promueven la equidad y la protección de los derechos humanos.
El desgaste de organizaciones clave
El impacto de esta política ya se está haciendo sentir en organizaciones que han sido fundamentales en la asistencia a personas LGBT y migrantes. Por ejemplo, el ColectivoTrans-Formación de Guatemala, la única clínica dedicada al cuidado de la salud de personas trans en el país, se ha visto obligado a cerrar sus puertas debido a la pérdida de financiamiento, que había logrado asegurar por un periodo de tres años.
Asimismo, Casa Frida, un refugio en México, ha experimentado una reducción de más del 60 por ciento en su financiamiento, lo que compromete su capacidad para apoyar a aproximadamente 300 personas LGBT migrantes y solicitantes de refugio a las que atienden.
La atención humanitaria a estas poblaciones, que ya enfrentaba desafíos significativos, se ha complicado aún más. El riesgo por la falta de asistencia legal, psicosocial y de salud, pone a miles de personas en situaciones extremadamente precarias.
Una promesa de campaña con consecuencias desgarradoras
La política de Trump de suspender financiamiento para programas de asistencia extranjera fue una pieza central de su campaña electoral, presentada en la Agenda 47. La promesa de llevar a cabo medidas que restringen los derechos humanos ha sido cumplida con decisiones que afectan desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables.
En 2023, Estados Unidos destinó un total de 68 mil millones de dólares en ayuda internacional, de los cuales más de 42 mil millones fueron administrados por USAID. Este apoyo había sido crucial para el desarrollo de organizaciones que promovían derechos humanos, democracia y asistencia humanitaria en América Latina, pero ahora, la desfinanciación podría revertir años de avances en estos ámbitos.
Mirando hacia el futuro
La situación actual es crítica y requiere atención inmediata. Las organizaciones afectadas necesitan el apoyo de la comunidad internacional y la movilización de los ciudadanos para revertir los efectos devastadores de estas políticas. La protección de los derechos humanos debe ser una prioridad, y el trabajo de las organizaciones locales es vital para asegurarlo. La lucha por la dignidad y la seguridad de las personas LGBT y migrantes en América Latina continúa, pero ahora enfrenta desafíos aún más grandes en un entorno de incertidumbre política y recortes a la asistencia internacional.
El camino por delante es incierto, pero siempre habrá un espacio para la resistencia y la búsqueda de justicia.