Previo al procedimiento, se aplica anestesia local. Luego, se inyecta una solución salina en el tejido adiposo y posteriormente se utiliza ultrasonido para desprender, remover y disolver la grasa.

Este tratamiento permite reducir el volumen graso en zonas localizadas, como la cintura, los flancos, los muslos, las piernas y las caderas. Se complementa con otros métodos para la pérdida de peso, como una alimentación supervisada por un profesional y la actividad física. Además, puede mejorar la elasticidad de la piel en la zona tratada.

En cuanto a su eficacia, si se siguen las pautas del tratamiento, suele lograrse una reducción de entre 2 y 3 centímetros por sesión en la zona tratada. Las sesiones pueden realizarse cada 15 días o una vez al mes, siendo recomendable un mínimo de tres sesiones.

Tras el procedimiento, se aconseja beber dos litros de agua y usar una faja compresiva durante los días siguientes. Luego de la sesión, el paciente puede retomar sus actividades diarias.

Este tratamiento está contraindicado en mujeres embarazadas y en personas con enfermedades crónicas. Entre los efectos secundarios pueden presentarse hematomas, enrojecimiento local e infecciones.

Para obtener resultados óptimos y duraderos, se recomienda siempre el asesoramiento de un profesional que paute una alimentación adecuada y una rutina de actividad física acorde a la contextura y necesidades individuales.

Recibimos tu consulta en nuestra página @dra.lourdesmallo para asesorarte en lo que necesites.