Javier Milei empeora todas las cosas que toca, las destruye, las transforma en estatuas de sal

Por Félix González Bonorino, especial para NOVA
Lo lamento, si vos pensabas que la cosa tenía soluciones simples, como sacar a Javier del poder. Estás absolutamente equivocado, equivocada, equivocade (sic).
Tampoco tenés razón si le echas la culpa al peronismo, al marxismo, al wokismo, al chinismo o al cinismo.
Game over. No va por ahí.
Que Javier empeora todas las cosas que toca, las destruye, las transforma en estatuas de sal, las esteriliza es tan cierto como que vos estás leyendo esto.
El rollo es que la única solución simple es retirar del escenario las soluciones simplistas. ¿Por qué? Porque el juego cambió y va a seguir cambiando. Tenemos una “ventana oportunidad”, relativa, pero la tenemos.
Las fuerzas ideológicas globales, léase FMI, Foro de Davos, Fondos de Inversión, etc. tienen su agenda. Se trata de una agenda que explicitan a viva luz y que los servicios de inteligencia, si fueran como se llaman a sí mismos, estarían siguiendo atentamente, en lugar de controlar un TikTok de un legislador o de hacer seguimiento a las encamadas de aquel funcionario, para poder “apretarlo” luego.
Pero la ventana a la oportunidad se está cerrando. Dentro de poco no habrá resto, tiempo, dinero, capacidades.
Que quede claro, no estar en la cresta del desarrollo hoy ha sido culpa de una dirigencia que siempre se sintió atraída por la riqueza de las elites, cúpulas, de los dominantes del norte.
En los Estados Unidos tampoco la llevan bien. Millones de zombis en situación de calle con los cerebros quemados. Sectores industriales completos en crisis, que reclaman la intervención inmediata del estado para devolverles competitividad. Y lo comienzan a hacer. Allá la “distopía” avanza.
La comodidad del poder se trasladó a toda la sociedad, la estabilidad laboral, sin su contraparte, la superación colectiva de su propia competitividad frente al mundo, te dejó desvalido. Nos dejó en ruinas. Competitividad a la que le debemos retirar la exclusiva mirada económica, para incluir lo social, lo ético, lo ambiental, lo soberano.
La comodidad del poder fue entendida rápidamente por ciertos sectores empresariales que alimentaron estos beneficios generosamente, para conservar la “falsa continuidad del pasado”.
Aquellos sectores de la industria local, ahora hablo de la Argentina, donde se aceptó que teníamos que superar el adormecimiento promovido desde la dirigencia, creció y todavía tienen posibilidades de crecer. Aquellos que creyeron que la vida estaba asegurada, en cuanto a ingresos, están sufriendo las consecuencias.
Milei es lo peor que nos pudo pasar y se tiene que ir pronto por todas sus razones juntas.
Pero eso no resuelve nada si no consideramos la agenda de sometimiento, explotación y dominación que las fuerzas dominantes tienen pensado para nuestra región.