Combate de San Lorenzo, única batalla de San Martín en suelo argentino

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
Parafraseando a la marcha que lo recuerda, el 3 de febrero de 1813 los Granaderos inscribieron en la historia argentina una de sus mejores páginas: el Combate de San Lorenzo.
A orillas del río Paraná, los soldados comandados por José de San Martín vencieron a la escuadrilla española comandada por el capitán Juan Antonio Zabala. Esta batalla fue decisiva para terminar con la presencia española en suelo argentino.
Para entender la relevancia de este combate, es esencial ubicarse en el contexto político y militar de la época. En 1813 el otrora Virreinato del Río de la Plata estaba sumido en un conflicto entre las fuerzas patriotas, que buscaban asegurar la ruptura con España, y las tropas realistas, empeñadas en restaurar el control colonial.
La lucha por la independencia se desarrollaba en múltiples frentes, y la necesidad de victorias tácticas era imperativa para mantener el espíritu y la moral de los combatientes independentistas.
José de San Martín había llegado de Europa en 1812. Con 34 años y una vasta experiencia militar, había sido designado por el Triunvirato para formar y entrenar un regimiento de caballería capaz de enfrentar a las tropas realistas.
Con disciplina y estrategia, logró conformar el regimiento de Granaderos a Caballo, una unidad de élite que jugaría un papel fundamental en las campañas libertadoras.
El Combate de San Lorenzo fue breve pero intenso. Los Granaderos a Caballo se lanzaron al ataque con una valentía inquebrantable. La estrategia desplegada por los sudamericanos resultó en una contundente victoria sobre la escuadrilla española. Este triunfo consolidó la reputación de San Martín líder castrense, demostró la efectividad de su trabajo y le dio prestigio a su regimiento.
Párrafo aparte merece el héroe de la jornada. La figura del sargento Juan Bautista Cabral emerge con fuerza en este relato. Durante el combate, San Martín cayó de su caballo y fue rodeado por soldados enemigos.
En un acto de inestimable arrojo, Cabral no dudó en salvar la vida del general a costa de la suya. Este sacrificio quedó en la memoria colectiva argentina y puso a Cabral en la categoría de héroe nacional.
El épico combate tuvo consecuencias inmediatas en el curso de la guerra, pero también adquirió una importancia simbólica duradera. El músico uruguayo Cayetano Alberto Silva compuso, en 1901, una marcha en honor al ministro de Guerra argentino, Pablo Ricchieri.
El funcionario la aceptó, pero le pidió al oriental que la llamase "General San Martín", en honor al prócer nacional. El compositor decidió llamarla “Marcha de San Lorenzo”.
En 1907 el poeta Carlos Bienelli le puso letra. La Marcha de San Lorenzo tiene una historia digna de ser contada, pero a su debido tiempo. Queda el compromiso de hacerlo el 28 de octubre, día en que se cumplirá un nuevo aniversario de su estreno.