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De mal en peor

Mariano Cowen, el hombre que está desangrando al Hipódromo y al Club Gimnasia y Esgrima La Plata

Mariano Cowen, presidente del Club de Gimnasia y Esgrima de La Plata.

En un momento de crisis para el Hipódromo y el Club Gimnasia y Esgrima La Plata, la figura de Mariano Cowen se perfila como un personaje clave en medio de una situación cada vez más desoladora.

La falta de recursos, la gestión cuestionada y las tensiones internas marcan el panorama de ambas instituciones.

La decadencia del Hipódromo

Las condiciones del Hipódromo de La Plata, que históricamente fue un referente en el país, se están deteriorando rápidamente bajo la gestión de Cowen.

Las gateras se encuentran rotas, los tractores son inexistentes y hasta el suministro de gas natural es un lujo fuera de su alcance.

Además, la infraestructura del lugar presenta serias filtraciones, con sectores que se llueven cada vez que llueve. Los trabajadores denuncian que los elementos de trabajo son escasos y que las condiciones laborales son cada vez más precarias.

Una crisis interna en Gimnasia

El panorama en el club de fútbol no es mucho mejor. Más de un centenar de empleados se encuentran sin la categoría que les corresponde, mientras que Cowen parece priorizar el acomodo de amigos en puestos clave como gerencias y subgerencias. Esta falta de equidad y transparencia genera malestar dentro de la institución.

La renuncia de Méndez: un reflejo de la situación

El técnico del club, Marcelo Méndez, decidió renunciar recientemente tras una serie de desacuerdos con la gestión de Cowen.

Méndez, cansado de las constantes intervenciones de la dirigencia en su trabajo, especialmente en lo referente a las decisiones tácticas, expresó su frustración por tener que priorizar ciertos jugadores debido a presiones externas.

Esta situación no solo afectó la moral del plantel, sino que también repercutió en los resultados, dejando al equipo encaminado hacia el descenso al Nacional B.

La crisis que atraviesa tanto el Hipódromo como el Club Gimnasia parece ser solo la punta del iceberg de una gestión marcada por la falta de recursos, desorganización y una serie de decisiones que han deteriorado la estabilidad de estas instituciones históricas.

La pregunta que queda en el aire es hasta cuándo los socios, hinchas y empleados permitirán que esta situación siga deteriorándose.

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