Política
El "defensor de mujeres" ante la justicia

VIDEO | El primer feminista: procesaron a Alberto Fernández por violencia de género contra su "querida Fabiola"

Fajar a su pareja embarazada sale mal: el exmandatario fue notificado por el juez Ercolini y deberá presentarse a dar más explicaciones. (Foto: GROK-IA)

El expresidente Alberto Fernández, aquel que no perdió oportunidad para inflar el pecho y alardear sobre su compromiso con las mujeres, quedó en la peor de las contradicciones: la Justicia lo procesó por haber golpeado y amenazado a su expareja, la ex primera dama Fabiola Yáñez.

El mismo personaje que hablaba de igualdad y derechos de género, terminó acusado de ejercer violencia sobre la mujer que tenía a su lado y la madre de su hijo, Francisco.

La resolución fue dictada por el juez federal Julián Ercolini, quien procesó al que le puso "fin al patriarcado", en sus propias palabras, por los delitos de lesiones leves agravadas en un contexto de violencia de género y contra su pareja (en dos oportunidades), lesiones graves agravadas y amenazas coactivas.

O sea, no se trata de una simple discusión de pareja: la Justicia que el exmandatario ejerció violencia física y psicológica de manera habitual contra Yáñez.

Por si fuera poco, Fernández recibió un embargo de 10 millones de pesos sobre sus bienes. Sin embargo, el juez le levantó la prohibición de salir del país, así que todavía tiene la posibilidad de pasear por el mundo mientras enfrenta el proceso.

Un prontuario que podría llevarlo a 18 años de prisión.

El fiscal federal Ramiro González, quien llevó adelante la investigación, había pedido el procesamiento del expresidente por estos delitos, que en conjunto podrían costarle hasta 18 años de prisión.

El juez Ercolini evaluó incluso si debía ordenar la detención de Fernández, pero finalmente decidió dejarlo en libertad, justificándose en que el acusado siempre estuvo “a derecho” y no se fugó.

Eso sí, en su fallo de 184 páginas, el magistrado fue contundente: la violencia de Fernández no fue un hecho aislado, sino algo “habitual y continuo” dentro de la relación. Destacó la asimetría de poder entre él y su pareja, remarcando que mientras el expresidente construía su carrera política, Yáñez se iba apagando en un “bajo perfil”.

Y los golpes no fueron invento de la prensa: el juez dio por acreditado que los moretones en el brazo y el ojo de Yáñez fueron producto de agresiones de Fernández.

Whatsapp, testigos y pericias psicológicas lo hunden

El fallo detalla cómo Fernández ejercía un control obsesivo sobre Yáñez, cómo su relación terminó en una denuncia penal y cómo los mensajes de WhatsApp, las declaraciones de testigos y los informes psicológicos de la víctima dejan en evidencia la situación de violencia que sufrió.

Los peritos confirmaron que Yáñez fue sometida a violencia psicológica, física y económica de manera sistemática, afectando gravemente su salud mental.

La insólita defensa de Fernández: "La víctima soy yo"

Pero el exmandatario no quedó callado. En su indagatoria, hizo lo que muchos violentos hacen: culpar a la víctima. Según él, los golpes y moretones de Yáñez no eran por su culpa, sino porque ella se caía por “su adicción al alcohol”.

Fernández aseguró que era ella quien lo agredía, que él solo intentaba defenderse y que su expareja decía “barbaridades” cuando estaba ebria.

El juez Ercolini no compró esta versión ridícula y le respondió con dureza: "Intentar justificar las lesiones con episodios de alcoholismo de la víctima solo demuestra que sigue desvalorizándola como persona".

Un expresidente con historial sucio

Este no es el único frente judicial que enfrenta Alberto Fernández. Además de ser el primer expresidente argentino procesado por violencia de género, tiene otra causa pendiente: la de corrupción con los seguros del Estado, donde se investiga un negociado multimillonario.

La causa por violencia de género contra Yáñez explotó cuando se encontraron chats en el celular de María Cantero, exsecretaria de Fernández. En esas conversaciones, Yáñez relataba las agresiones y enviaba fotos de sus moretones.

Al principio, la ex primera dama no quería denunciar, pero cuando el caso se hizo público, no le quedó otra que se presentara en la Justicia.

A pesar de todas las pruebas en su contra, Fernández sigue libre. Lo único que se le exige es que notifique si va a ausentarse más de 72 horas de su casa, lo cual, con su historial de viajes, no parece una gran restricción.

Así que ahí lo tienen: el gran defensor de los derechos de las mujeres ahora procesadas por violencia de género. Feminismo de cartón, albertismo en su máxima expresión.

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