El canje de prisioneros incluye la liberación de 369 palestinos detenidos en cárceles israelíes, entre ellos 36 con condenas a cadena perpetua y 333 que estaban detenidos sin cargos. Estos fueron entregados a sus familias en Ramala, Cisjordania.

El proceso de liberación se desarrolló en Khan Younis, donde Hamás organizó una puesta en escena con una pancarta de fondo que rezaba: "Ningún desplazamiento salvo a Jerusalén". Allí, los rehenes fueron escoltados por hombres armados y se dirigieron brevemente al micrófono antes de ser entregados a la Cruz Roja, mediadora en el intercambio.

Imágenes difundidas por medios israelíes mostraron a Yair Horn con un aspecto visiblemente deteriorado y una pérdida de peso significativa en comparación con las fotos previas a su secuestro. Sin embargo, las autoridades médicas indicaron que su estado general es estable.

Horn, de 46 años, emigró desde Argentina a Israel en 1999 y trabajaba en la construcción en el kibutz Nir Oz. Su familia expresó su alivio y emoción por su regreso, aunque remarcaron que aún falta liberar a su hermano.

"Ahora podemos respirar un poco. Nuestro Yair está en casa después de sobrevivir un infierno en Gaza, pero la lucha sigue. Tenemos que traer a todos los rehenes de vuelta, incluido Eitan", manifestaron sus familiares en declaraciones recogidas por el diario Haaretz.