La privatización de Belgrano Cargas: negocios opacos, desconfianza y una historia que se repite

En un contexto de ajuste y reformas impulsadas por el gobierno nacional, la privatización de Belgrano Cargas y Logística S.A. (BCyL) encndió las alarmas no solo por la venta de una empresa estratégica para el transporte de mercancías en el país, sino también por los oscuros intereses que parecen estar detrás de la operación. En el centro de la polémica se encuentra Sergio Sasia, líder del sindicato Unión Ferroviaria, quien, según fuentes cercanas al proceso, se quedaría con el 10 por ciento de la empresa como parte de un acuerdo con el gobierno.
Este no es un hecho aislado. La historia parece repetirse: durante la década de los '90, bajo el gobierno de Carlos Menem, el sindicato ferroviario, entonces liderado por José Pedraza, también apoyó las polémicas privatizaciones. Aquella ola de dejó un saldo nefasto: un aumento del 287 por ciento en accidentes ferroviarios en los primeros 10 años, comparado con los 167 años de gestión estatal. Hoy, Sasia, discípulo de Pedraza, respalda la privatización de BCyL, lo que generó críticas tanto dentro como fuera del sector.
El Presidente Javier Milei acaba de firmar el decreto que da inicio al proceso de privatización total de la empresa Belgrano Cargas y Logística S.A. El Estado dejará de ser operador de los servicios ferroviarios de carga y de toda su infraestructura: material rodante, vías,…
— Manuel Adorni (@madorni) February 8, 2025
El negocio de Sasia y la desconfianza del sector privado
Según contaron fuentes cercanas a NOVA, el gobierno habría ofrecido a la Unión Ferroviaria el 10 por ciento de Belgrano Cargas como parte de un acuerdo para facilitar la privatización. Este movimiento es visto como un intento de silenciar las posibles resistencias del sindicato, pero también como un negocio personal para Sasia, quien se posicionaría como un actor clave en la nueva estructura de la empresa.
En ese sentido, hay que recordar que el propio Sergio Sasia iba a presentar un proyecto de Ley que, según comentó el mismo a este medio, estaba conversado con todos los espacios políticos, para el 17 de octubre pasado. Luego lo pospuso una semana y finalmente, tras los anuncios del Gobierno de que buscaría la privatización del sistema, lo encajonó para siempre.
Mientras tanto, las empresas privadas que actualmente operan en el sistema de cargas expresan dudas sobre la compra de material rodante. La falta de inversión estatal durante el último año dejó gran parte de la infraestructura y el equipamiento en un estado de deterioro avanzado. Según comentaron a NOVA, las empresas desconfían de las condiciones en las que se encuentra el material, lo que podría frenar la modernización del sistema y afectar la competitividad del transporte ferroviario.
La sombra de Alejandro Núñez y la "privatización vertical"
Otro nombre que resuena en este proceso es el de Alejandro Núñez, empresario fintech y actual presidente de BCyL. Núñez, quien llegó al cargo con el aval del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, es el ideólogo de la llamada "privatización vertical". Este modelo, que implica la venta no solo de la operación sino también de los activos de la empresa, fue cuestionada por expertos del sector. Desde la cartera de Economía, sin embargo, comenzaron a mirar con recelo a Núñez.
Belgrano Cargas: un caso de éxito estatal en riesgo
No se puede hablar de Belgrano Cargas sin recordar su historia reciente. Tras la fallida concesión, que dejó el 45 por ciento de las redes San Martín, Urquiza y Belgrano inoperativas por falta de inversión, el Estado retomó el control de la empresa en 2013. Desde entonces, BCyL logró un superávit de 7.290.000 de pesos, demostrando que una gestión eficiente es posible bajo administración pública.
Sin embargo, el gobierno insiste en que la privatización es el camino para modernizar el sistema. Esta postura ha sido cuestionada por expertos y referentes del sector, como Rubén "Pollo" Sobrero, quien señaló que "privatizar no es sinónimo de eficiencia, especialmente cuando el Estado abandona su rol de controlador y regulador".
¿Hacia dónde va el Belgrano Cargas?
La privatización de BCyL no solo pone en riesgo un servicio clave para la economía argentina, sino que también abre la puerta a negocios opacos y a la repetición de errores del pasado. Mientras Sergio Sasia y otros actores se posicionan para beneficiarse de la operación, las dudas sobre el futuro del material rodante y la infraestructura ferroviaria persisten.
En un país donde el transporte de cargas es vital para el desarrollo productivo, la privatización de Belgrano Cargas no debería ser una decisión apresurada ni opaca. La historia ya nos enseñó lo que puede ocurrir cuando los intereses particulares se anteponen al bien común. ¿Estamos dispuestos a repetirla?