Perdido como turco en la neblina: el peronismo bonaerense desconoce a CFK y deambula sin unidad ni brújula que lo guíe

El peronismo bonaerense comenzó su crisis de transición de liderazgos que tiene el Justicialismo cada vez que pierde elecciones. Como un mandato social, la conducción de Cristina Kirchner quedó en el ojo de la tormenta de los dirigentes que acompañaron desde siempre a la ex presidenta, aunque las sucesivas derrotas marcaron un quiebre en el liderazgo.
Con tres tribus grandes bien marcadas, los 85 intendentes de Unión por la Patria se dividen entre los que responden al gobernador, Axel Kicillof, que se queda con 41 de los jefes comunales celestes, mientras que entre La Cámpora y los que rinden pleitesía a Cristina Kirchner juntan 25 alcaldes. Los restantes juegan para Sergio Massa.
@Kicillofok "atrasa más que @CFKArgentina" por eso habrá división electoral en el peronismo bonaerense según vaticinó la periodista @Cris_noticias en @lanacionmashttps://t.co/THTwQYCzHJ
— ArgentinaLIBRE y Ética (@ARGLIBREyEtica) February 11, 2025
La dispersión del peronismo que hoy no puede unirlo ni el enfrentamiento a las políticas que lleva adelante Javier Milei desde la Casa Rosada pone en énfasis una discusión de fondo: Quién se queda con la lapicera para las próximas elecciones.
En el Panorama de este fin de semana, en NOVA te vamos a contar detalles de las reuniones que se dan en la superestructura y las consecuencias de esos encuentros que, lejos de mostrar gestos de unidad, marcan un termómetro de lo que es el peronismo bonaerense. Mientras, hay quienes especulan con una elección del PJ de la Provincia para discutir la sucesión de Máximo Kirchner.
El objetivo que tiene Axel Kicillof es claro y lo mencionamos, casi en soledad, desde NOVA. El gobernador quiere ser el jefe político del peronismo de la Provincia y dejar de lado el doble comando que existe. Además, quiere tomar el control político de la Legislatura, que hoy se divide en una alianza entre Máximo Kirchner y Martín Insaurralde, con el Frente Renovador.
Del lado de La Cámpora creen que hay relaciones que son “irreconciliables”. Hay dos dirigentes que sintetizan lo que es la discusión con el sector de Máximo Kirchner, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi. A este último, la orden es clara. Máximo le pidió al senador bonaerense, Emmanuel González Santalla, que salga a caminar el distrito y comience una campaña para competir en 2027.
Si la ley sigue como hasta ahora, Ferraresi no podrá ser reelecto en su distrito, aunque hay una comitiva que se encarga de las reuniones con los legisladores para buscar darle de baja a la limitación en las elecciones antes que se lleven adelante los comicios de este año y evitar que impacte en el próximo tablero legislativo. En paralelo, Massa prepara el escenario para darle de baja a las PASO y busca una nueva fecha de elección en la Provincia, separado de la nacional.
Lejos de los acuerdos, Máximo no puede siquiera convocar a un Congreso partidario. La semana pasada fracasó una reunión de los intendentes de la Primera y Tercera Sección Electoral en la Federación Argentina de Municipios. Algunos aducen que fue porque se filtró a la prensa, sin embargo, el problema pasó que el hijo presidencial no logró tener el quórum necesario para imponer el resultado de la discusión: Se le termina el mandato con pocos logros para mostrar.
Sin embargo, la clave va a estar en el Congreso partidario que deberá aprobar el sistema de alianzas para las próximas elecciones. En Gobernación creen que, en caso de no ser positivo el próximo Congreso, podría haber más de una lista que represente al peronismo en las próximas elecciones.