Desde el momento de su arresto, la periodista ha mantenido comunicación telefónica con su familia y ha contado con acceso consular, según las autoridades iraníes. En paralelo, el Gobierno italiano inició gestiones diplomáticas para su liberación.

El trato hacia periodistas extranjeros en Irán ha generado críticas por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos, que señalan restricciones significativas en su labor, especialmente hacia los provenientes de Occidente.

Contexto internacional

El caso de Sala se produce en un entorno donde Irán ha sido acusado de utilizar arrestos de extranjeros como herramienta de negociación. Recientemente, el periodista iraní-estadounidense Reza Valizadeh fue condenado a 10 años de prisión por colaborar con Radio Farda, una emisora financiada por Estados Unidos y crítica con el régimen iraní.

Además, episodios como el intercambio de prisioneros entre Irán y Estados Unidos en 2023, que involucró la liberación de ciudadanos estadounidenses y la descongelación de fondos iraníes, han suscitado debates sobre lo que algunos países denominan "diplomacia de rehenes".